Desde mi pluma
Al mal tiempo…
En estos últimos días el huracán Melissa nos mantuvo en vilo. Las lluvias, las alertas meteorológicas y toda esa paralización de labores y docencia (oportunos, por supuesto), trajeron preocupación, tampoco se pueden pasar por alto los daños e inundaciones que afectaron a muchas familias.
Esa realidad está ahí y merece toda la atención, pero en esta ocasión quiero detenerme en la manera en que los dominicanos afrontamos esta situación.
Mientras afuera el cielo se desbordaba con los aguaceros, en las redes sociales circulaban memes y ocurrencias que nos sacaban una carcajada. Si algo nos caracteriza es esa capacidad de reírnos en medio de la tormenta. No porque no importe lo que pasa sino porque sabemos que el humor también es un desahogo.
Pese a la preocupación por lo que podría pasar buscamos la chispa alegre que nos permite resistir. Y si me lo preguntan, ese es un rasgo tan nuestro que no nos lo quita nadie.
Quedarse en casa, para quienes tuvimos la posibilidad de hacerlo, trajo consigo un dejavú de la pandemia. Un encierro obligado que esta vez se sintió distinto.
Estos días en casa nos recordaron lo afortunados que somos de tener un techo, comida, salud y familia, nos hizo conscientes de que es algo que mucha gente no tiene. Nos regaló pausas necesarias para disfrutar de una conversación tranquila, la risa compartida y el tiempo que a veces la rutina nos arrebata.
Sé que estas líneas son una mirada distinta a como mucha gente lo vivió pero se trata de ver algo bueno en todo cuanto pase. En lo personal, Melissa me recordó que somos resilientes y que en ese humor reside gran parte de nuestra fuerza como pueblo.

