La última guerra

Claro, ADC, que es la fuerza la que otorga derecho a la razón. Es el poder el que, a través de sus aparatos ideológicos, sus magias mediáticas, sus bajaderos legales, presupuestos, Concordatos, y cierta sociedad civil a su servicio (poder blando) le otorgan argumentos, justificación, razón y sentido al uso de la fuerza.

Citas a De Gaulle que lo entendió como nadie y, aunque dos siglos antes la ilustración le había dado la razón, -sabio-, apostó también por la fuerza, (el armamento nuclear), con tanta certeza que hoy, en su gris decadencia, es ese armamento con vocación de sepulturero el que le permite a Francia ocupar un asiento entre los grandes.

Según mis fuentes, De Gaulle, había leído el poema que en 1935 Antonio Machado dedicó “A Líster, jefe en los ejércitos del Ebro”:

“Tu carta heroico Líster, me consuela/, (...)

donde brota esa rúbrica española/

de monte a mar esta palabra mía/:

‘Si mi pluma valiera tu pistola

(...), contento moriría’".

Tres años después (1938), Stalin preguntaría al canciller francés, Laval, que le sugería mejorar las relaciones con la Santa Sede: “Ah, el papa! ¿Y cuántas divisiones tiene el papa?”

Este abuso de la fuerza, esta arrogancia imperial multiplicada es justo lo que padece hoy el planeta. Ni siquiera aquellos 13 días de la crisis de los misiles en Cuba, con el mundo en vilo, superan el escenario actual donde el G-7, Francia, Reino Unido, Alemania, Italia, Japón y Canadá, co-mandados por Estados Unidos, han decidido apoyar públicamente las acciones terroristas del ejército de Israel contra todos sus adversarios en Medio Oriente, sea Gaza, Palestina, Siria o Irán ahora mismo.

Los señores llaman a estas agresiones contra Irán, “ataques preventivos”, como llaman “daños colaterales” a las mujeres y los niños que asesinan en sus acciones “preventivas”, terroristas en todo el mundo. Solo que en esta ocasión, el intento de aniquilación no es contra famélicos niños palestinos o tristes niñas de Gaza, sino contra un Irán que posee reactores, plantas de enriquecimiento de Uranio y la capacidad para procesarlo, lo que significa que -en su defensa- no es descartable que en poco tiempo puede disponer de armas nucleares, como las que ya poseen Israel, China, Rusia y los G-7.

Estados terroristas se unen para atacar y eliminar a otros estados terroristas, solo que esta vez la guerra podría ser nuclear, o sea, que podría ser la última guerra.