ENFOQUE | Internacional
Florida y Texas, ¿se desvanece el atractivo de vivir a pleno sol?
Durante la pandemia de la COVID-19, Florida y Texas se convirtieron en destinos favoritos de personas en busca de un nuevo hogar. Con el auge del trabajo remoto debido a las medidas de aislamiento para combatir la plaga, miles de estadounidenses –muchos de ellos empresarios o profesionales con salarios jugosos– abandonaron ciudades costosas y de gran densidad de población como Nueva York, San Francisco y Chicago en busca de viviendas con más espacio, un clima más amable e impuestos más bajos.
Pero a partir de 2024, el éxodo hacia el sur se ha frenado considerablemente. Los datos muestran una marcada disminución de personas mudándose a ciudades de Florida, Texas y otros estados del sur. Por ejemplo, la ciudad floridana de Tampa, uno de los imanes de la migración interna en Estados Unidos durante la pandemia, tuvo en 2024 la mayor disminución en la cantidad neta de nuevos residentes, con solo poco más de 10.000, muy por debajo de los 35.000 informados en 2023.
Otras ciudades como Atlanta, en el estado de Georgia; Dallas, Houston, San Antonio, Fort Worth y Austin, en Texas, y Miami, Orlando y Fort Lauderdale, en Florida, también están en la lista de las urbes con un mayor descenso en el número de recién llegados en 2024.
¿Qué está pasando?
La respuesta es compleja, pero clara. Lo que en 2020 y 2021 era una opción atractiva para los que deseaban escapar de las restricciones de la pandemia y del alto costo de la vida, se ha convertido en una promesa difícil de cumplir.
El alza vertiginosa del costo de la vivienda ha socavado una de las razones principales para mudarse al sur: el ahorro para el bolsillo. En ciudades de Florida como Miami, y también de Texas como Austin, los precios de las propiedades se dispararon hasta la estratosfera, debido a la alta demanda a partir de 2020 y también a la especulación inmobiliaria. Ahora, para los que llegan, comprar una casa ya no es tan fácil ni tan económico como antes. Y no solo están llegando menos personas: también muchos residentes de Florida se mudan a estados del Oeste como Oklahoma y Kansas en busca de un alivio en los gastos de vivienda.
Los seguros de las propiedades inmobiliarias han subido en muchas áreas de Florida y Texas, especialmente en las zonas costeras. Las aseguradoras han afrontado pérdidas millonarias por desastres naturales como huracanes e inundaciones, y en consecuencia han elevado las primas. Algunas incluso se han retirado del mercado. Como resultado, muchos propietarios deben pagar seguros costosos que representan una carga difícil de sostener para las familias de clase media.
Los propietarios de viviendas en Florida, por ejemplo, deben pagar las primas más altas de la nación, un promedio de 2.625 dólares al año, 24 por ciento más que el promedio nacional de 2.100 dólares.
El temor a los desastres naturales es otro factor que incide en la disminución de nuevos residentes. A causa del cambio climático, la temporada de huracanes es más intensa, y los riesgos son más frecuentes. Mudarse a Florida o a la costa sur de Texas conlleva afrontar la incertidumbre y pasar buena parte del año vigilando los partes meteorológicos sobre la formación de huracanes frente a las costas de África Occidental o en el Caribe.
Donde antes había entusiasmo por comenzar una nueva vida en el sur, ahora hay cautela. Incluso empresas que trasladaron sus sedes a Florida o Texas ahora afrontan desafíos logísticos, climáticos y sociales que quizá no habían previsto.
Cierto: Florida y Texas siguen teniendo ventajas como un clima cálido, diversidad cultural y étnica, y políticas fiscales atractivas. Pero la enorme migración interna de hace cinco años parece haber llegado a su fin. Ahora estamos en una etapa de más cautela y reflexión. Una etapa en la que factores como el costo de la vivienda y de los seguros, y la resiliencia ante los fenómenos climáticos extremos, tienen un peso mayor en las decisiones de comenzar una nueva vida en otra parte. [FIRMAS PRESS]