En la diana

Corrección monetaria y cambiaria

Primer Tiro

Existen al menos cinco condiciones que deberían de cumplirse para justificar la decisión de aplicar una política monetaria expansiva: 1) la inflación actual y esperada deberían estar dentro del rango/meta, 2) el crecimiento observado debería estar por debajo del potencial, con un crecimiento del consumo y la inversión privada por debajo de su tendencia de largo plazo, 3) un entorno externo favorable que mejore, o al menos no produzca un deterioro, de las cuentas externas, 4) niveles de reservas internacionales suficientes para absorber choques externos negativos sin perder la capacidad de intervenciones cambiarias estabilizadoras, 5) déficit fiscal colocado en una trayectoria que no produzca un aumento de la deuda pública a un nivel fiscalmente insostenible. En mayo del 2023 el Banco Central inició un proceso flexibilización monetaria que redujo la Tasa de Política Monetaria (TPM) de 8% hasta el 7% en diciembre de ese año, con pausa hasta agosto 2024, profundizando en septiembre el proceso de expansión hasta llevar la misma a 5.75% en enero del cursante 2025.

Segundo Tiro

Si durante ese periodo se registraron las condiciones necesarias y suficientes para la intensa flexibilización monetaria aplicada es la hipótesis nula que debería ser sometida a prueba. Al inicio de la primera etapa del proceso (mayo 2023/septiembre 2024) la tasa pasiva promedio preferencial (la que demandan los inversionistas que invierten en títulos de corto plazo emitidos por instituciones financieras) se redujo de 12.59% a 12.25%, pero el tipo de cambio subió de 54.68 a 60.08 pesos por dólar, y la devaluación anualizada se disparó de 0.98% a 5.5%. Durante la segunda etapa del proceso (septiembre 2024/febrero 2025) la tasa pasiva preferencial cae a 10.91%, pero el tipo de cambio promedio sube a 62.29 pesos por dólar, y la tasa de devaluación anualizada alcanza el 5.9%. En marzo el tipo de cambio sube a 63.08 y la devaluación anual se incrementa a un 6.6%, pero en el cursante mes de abril se ha registrado una caída abrupta del mismo, llegando a registrar 62.21 pesos por dólar durante los primeros catorce días del mes en curso.

Tercer Tiro

Una devaluación de 6.6% anual no era compatible con el objetivo de mantener la inflación dentro del rango meta del 4%. Tampoco es posible lograr resultados contrarios a lo que predice la teoría de la paridad internacional, y por esas razones en febrero el Banco Central inició un proceso de corrección que cambia la dirección de la orientación de la política monetaria, pasando de expansiva a restrictiva, lo cual ha llevado a dicha entidad a subir significativamente la tasa de interés que paga por sus operaciones de contracción monetaria, aunque incurriendo en la inconsistencia de mantener fija la TPM. El 18 de febrero la entidad emisora acepta que el rendimiento mínimo demandado por el mercado era 10.98%, y que el 25 de ese mes y el 1 de abril eran de 11.48% y 11.96%, respectivamente. Esta ultima tasa es exactamente igual a la tasa de rendimiento mínima demandada si la devaluación esperada fuese la observada en el mes de febrero. El incremento en la tasa de interés pagada a las inversiones en moneda nacional (corrección monetaria) podría explicar gran parte de la reducción del tipo de cambio (corrección cambiaria) registrada en el cursante mes de abril, pues la relación entre ambas variables es simétrica.