En la diana
Expectativas de tasa de interés y tipo de cambio
Primer Tiro
Ni los potenciales efectos recesivos de la política proteccionista del presidente Trump, ni tampoco el resultado esperado de sus iniciativas contra la inmigración extranjera, tendrían un impacto domestico negativo mayor que el de la inminente pausa (con altas posibilidades de que sea prolongada) del proceso de reducción de la Tasa de Política Monetaria (TPM) de la Reserva Federal (FED), pues si las condiciones monetarias internas permanecen inalteradas, lo mismo producirá el surgimiento y/o fortalecimiento de expectativas devaluatorias. Con un tipo de cambio nominal y real en una trayectoria ascendente, el balance de riesgo del panorama macroeconómico actual está fuertemente vinculado a la evolución esperada de la tasa de interés o de rendimiento de los activos denominados en moneda nacional. La tasa de interés pasiva preferencial (la que pagan los intermediarios financieros a los grandes depositantes) también se ha colocado en una senda de pendiente negativa, situándose por debajo del umbral del que un inversionista estaría dispuesto a cambiar sus inversiones en moneda nacional a dólares.
Segundo Tiro
Con una devaluación esperada del 5%, una tasa de interés en el mercado monetario de Estados Unidos del 4%, y una prima de riesgo país del 3%, el umbral mínimo citado en el párrafo anterior es del 12%, por debajo del 11.4% de la tasa de interés pasiva preferencial promedio actual. Aunque la devaluación anualizada del cursante mes de enero es de 4.5%, la mensual se ha disparado al 1.01%. En contra de lo que predice la teoría, el mercado de los títulos de deuda pública denominados en moneda nacional también ha entrado a recorrer un camino consistente con lo anterior, pues el índice de rendimiento/precio subió desde 117.1 el 4 de noviembre del año recién transcurrido, a 119.2 el pasado 6 del mes en curso. Fue necesario acumular una reducción de 275 puntos básicos en la TPM para que la tasa de interés pasiva entrara a una senda descendente, pero la reducción de la diferencia entre la tasa de la FED y la del Banco Central domestico le impone un piso mínimo a dicho descenso, por debajo del cual un inversionista estaría dispuesto a enviar su capital al extranjero.
Tercer Tiro
Anclar las exceptivas de devaluación en un 5% anual representa un gran desafío para la política monetaria y fiscal. La tasa de inflación subyacente se encuentra en el centro del rango meta, pero el espacio monetario para nuevas reducciones de la TPM es negativo, lo cual significa que el mismo ha sido sobre utilizado. Aunque el déficit del sector público consolidado de 4.83% del PIB sea insostenible en un escenario sin reforma, el resultado neto del balance de riesgos macroeconómicos sugiere maximizar el poco espacio del que dispone la política fiscal para minimizar la probabilidad de una parada súbita en la demanda de los títulos de la deuda pública emitidos por el Ministerio de Hacienda y el Banco Central, a los que siempre se les demandará una tasa de rendimiento alineada al panorama de riesgo. Anclar las expectativas de devaluación en un 5%, y de inflación dentro del rango meta, sin que se dispare la demanda de rendimiento a los títulos de la deuda pública, he ahí el riesgo fundamental del panorama macroeconómico a ser enfrentado en el año que inicia.