enfoque
El trípode del caos
En un mundo donde la información fluye con una rapidez sin precedentes, la desinformación, la polarización tóxica y la desconfianza en los medios de comunicación se han convertido en un trípode amenazante para la democracia y la estabilidad social. Estas tres fuerzas, interconectadas y potenciadas por la tecnología, están debilitando las instituciones, erosionando el debate público y fragmentando a las sociedades. Tres informes recientes refuerzan la gravedad de este fenómeno y llaman a la acción urgente para mitigar sus efectos.
El Global Risks Report 2025 del Foro Económico Mundial advierte que la desinformación es el riesgo más apremiante para los próximos dos años. Su difusión, amplificada por la inteligencia artificial y las redes sociales, no solo erosiona la confianza en las instituciones sino también en los procesos democráticos. La velocidad con la que las noticias falsas se propagan supera la capacidad de verificación de los medios tradicionales y las plataformas digitales, generando un ambiente de incertidumbre y desconfianza.
El informe señala que la desinformación no solo impacta la percepción de la realidad, sino que también alimenta narrativas falsas que polarizan a la sociedad y obstaculizan la toma de decisiones basada en hechos.
El Informe de Riesgos Políticos para América Latina 2025 identifica la polarización tóxica y la desinformación como una de las principales amenazas para la estabilidad de la región. En países como República Dominicana, este fenómeno se manifiesta a través de ataques difamatorios en redes sociales, juicios sumarios sin pruebas y una industria de escándalos que monetiza la indignación pública. La manipulación de emociones y la proliferación de deepfakes están radicalizando posturas y debilitando la confianza en las instituciones.
El estudio advierte que la polarización extrema crea un ambiente en el que los ciudadanos se ven obligados a alinearse con narrativas irreconciliables, eliminando cualquier posibilidad de debate basado en el respeto y los hechos. Esto genera un círculo vicioso donde la verdad es irrelevante frente a la lealtad ideológica, y el ruido informativo reemplaza al análisis crítico.
Otro informe, el Digital News Report 2024 del Instituto Reuters documenta la creciente desconfianza en los medios de comunicación y la transformación del ecosistema informativo. La disminución del tráfico directo a los sitios web de noticias y el auge de las plataformas audiovisuales han cambiado la forma en que se consume información. Ahora, creadores de contenido e influencers tienen un rol predominante en la difusión de noticias, desplazando a los medios tradicionales.
Destaca que la desconfianza en los medios no solo responde a la desinformación, sino también a la percepción de que muchos medios han perdido objetividad y han caído en la trampa de la polarización. La falta de transparencia, el sesgo percibido y la monetización del escándalo han debilitado el papel de los medios como garantes de la verdad.
Llamado a la responsabilidad colectiva
El trípode de la desinformación, la polarización y la desconfianza en los medios representa una amenaza real para la estabilidad democrática y social. No podemos normalizar el chantaje disfrazado de periodismo ni permitir que la mentira se convierta en moneda corriente en el debate público. Es fundamental que ciudadanos, medios, gobiernos y plataformas digitales asuman su cuota de responsabilidad para frenar esta tendencia.
Para enfrentar este desafío, los informes sugieren varias estrategias clave:
• Alfabetización mediática: Promover programas educativos que enseñen a las personas a diferenciar información veraz de contenido engañoso.
• Regulación de plataformas digitales: Implementar normativas que obliguen a las plataformas a identificar y controlar la propagación de noticias falsas y contenido manipulado.
• Verificación rigurosa de información: Los medios deben fortalecer sus procesos de verificación y transparencia para recuperar la confianza del público.
• Fomento del debate basado en hechos: Incentivar espacios de discusión donde prime la argumentación racional y no la manipulación emocional.
• Uso de tecnología para detección de desinformación: Desarrollar herramientas avanzadas que identifiquen y neutralicen noticias falsas antes de su viralización.
Estamos conminados a construir una sociedad donde la verdad prevalezca sobre la manipulación y donde la información sea un puente hacia la comprensión, no una herramienta de división. El desafío está planteado. La pregunta es: ¿Estaremos a la altura para enfrentarlo?