PRM, concordato, gobernabilidad y avivatos
Los consensos se tejen en el Ágora, como espectáculo; o a los pies de las clandestinidades. La democracia, sin embargo, los prefigura aireados: ventanas abiertas —¿eh, Peña?—, de cristales. José Martí, el Apóstol de América, explicó: “En silencio ha tenido que ser… porque hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas”. Las sábanas de la discreción han cubierto de éxito grandes tácticas. Bajo túneles y follaje avanzaron, invisibles a los ojos de expertos e incautos, recursos y acciones que permitieron alcanzar por igual objetivos preciados e infandos.
A veces tanta transparencia echa a perder todo. Y tanta honestidad honesta. En países de avivatos ¡es cierto!
Se dice por el riesgo de pérdida de gobernabilidad a que los apagones pueden orillar al gobierno del Presidente Abinader, quien cumplió a muchos, de todos. Sin embargo, ¿muchos les han cumplido?
El presidente honró su promesa magna: no buscar reelegirse. También controlar el gasto público. Muchos creen que el bruto y nominal valor del presupuesto contradice esa voluntad. Simulan o pretenden ignorar una verdad perogrullesca: los ingresos fiscales engrosan al incrementar las actividades comerciales y productivas nacionales; son porciones del PIB y deben ejecutarse durante el año, con transparencia.
Incremento presupuestario que también el IPC afecta. Moderado y reportado en el rango meta por las autoridades, secuela de las políticas económicas oficiales, ahí está, presente, como en todas las economías del planeta. Aunque controlado.
La línea del PRM —tan silencioso estos días—, podría ser, tal vez, indicar a los actores involucrados en las “conversaciones nacionales” Oigan, ¡cumplimos nuestra parte!
Si el gobierno propuso una reforma fiscal, pudieron rechazar plantarse en los términos ambiguos a que recurrieron. El empresariado energético tiene a su alfil en la cosa eléctrica. Aún así, el gobierno paga el costo político de los apagones. Y ellos enriquecen.
¡Y bueno que es así!
¿A favor de quién, por ejemplo, las democracias nuestras decidieron no construir hidroeléctricas? Su combustible de generación, el agua, es cuasi gratis. ¡No es negocio!
¿Les correspondía, por su calidad de poderosos, plantarse y defender la reforma fiscal? Trago necesario aunque no tenía que ser tan amargo. Sus aportes habrían evitado al gobierno sufrir y dar apagones para finanzas equilibrar, como ahora está obligado a tolerar, rehuyendo el déficit que la factura petrolera acredita. Juego de ganancia cero.
Igual con los peajes: transportistas y ciudadanos reclamando, queriendo, aspirando vías y viabilidad para sus transportes privados o colectivos. Sin embargo, ¿alguno acepta pagar $100 pesos por cruce, una suma pírrica? Apenas son $US1.64, iguales que 32.8% del precio promedio (US$5.00) de los peajes en USA.
Exceptuando trabajo, ¿Cuáles bienes/servicios locales cuestan menos del tercio de su igual estadounidense?
¿Es política o convicción contrariar la necesidad de impuestos de los gobiernos?
La gente, en su egoísmo metódico y aspiracionismo de gratuidades desbordadas obvia la cantidad de vehículos que circulan las vías y cómo impactan el tránsito, la calidad y seguridad viales. ¿Con cuáles recursos los gobiernos enfrentarán los problemas que el ingreso constante de estas unidades genera?
Nadie quiere pagar impuestos.
Sin embargo, todos desean que RD emule a Suiza.
El Estado aspirado, ¿se obtiene de gratis?