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Dos pesos de agua y un debate

No hicieron falta los 4 años 11 meses y dos horas, que estuvo lloviendo sin cesar en el Macondo de Cien Años de Soledad, fueron suficientes, por lo visto, los Dos pesos de agua, del cuento de Bosch, para que la capital viviera un diluvio de proporciones casi bíblicas.

Bastaron 3 horas para que ríos de agua viva, arrastraran carros y arrancaran, sin misericordia, 8 vidas, el precio infame, de las carencias acumuladas de una ciudad que ha crecido, sin orden ni concierto.

Dos Pesos de Agua, se publicó en 1937, a precios de entonces, esas tres horas no costarían más de 20 centavos, unos cientos de pesos de hoy, porque dice Bosch que las ánimas del purgatorio, “servían una noche de lluvia por dos centavos de velas, y cierta vez enviaron un diluvio entero por veinte centavos”.

El agua, como siempre, reveló nuestras miserias, las que están debajo del progreso que hemos construido en 50 años de crecimiento, en una ciudad que exuda modernidad en sus grandes edificios, sus plazas, sus túneles y elevados, hasta que llueve.

Pero como estamos curados de espanto, vemos la tragedia y no pasa nada, Felipe Vallejos decía en Twitter que como balance del viernes: “8 muertos, millones de pesos en pérdidas materiales, CERO consecuencias, como si nada hubiera pasado”.

Y todavía hay quien crea que el debate es, si los políticos deben opinar de la tragedia, o si fulano tiene, “autoridad moral”, para hablar de esto o de aquello.

Ahora que, para bien o para mal, todos hablamos de todo en las ubicuas redes.

¿Y cuándo fue que democracia pasó a ser, ausencia de debate? Acallar las críticas, nunca ha ayudado a resolver los problemas.

Una tragedia que afecta a la colectividad, es, y tiene que ser, tema de la política, de esa que se hace con argumentos, los ingenieros Mariano German y Freddy Pérez, han presentado por la Fuerza del Pueblo, argumentos críticos, no sé si lo que dicen explica o no problema, de lo que sí estoy seguro es que, esos argumentos no se enfrentan con descalificaciones, sino con explicaciones, también técnicas, que demuestran lo contrario, podemos hasta criticar sus gestiones.

El debate sobre temas tan graves no puede ser peor que la desgracia que lo origina. Al contrario, del mismo pueden salir, propuestas útiles. No es de una belleza, diciendo si este o aquel deben hablar, es que todos procuremos aportar soluciones, aunque seamos críticos.

En Puerto Plata, desde que la administración municipal pasada, de la que fui crítico, asumió la limpieza de encaches y cañadas, los efectos de las lluvias disminuyeron, la actual lo ha continuado, ¿eso nos hace inmunes? Claro que no, pero de algo ha servido.

Las inundaciones del viernes ponen en evidencia que, hay tareas que no se han realizado en las alcaldías de Santo Domingo, las actuales con dos años y las pasadas, limpieza de drenajes, por ejemplo.

A diferencia de otras ocasiones no se advirtió a la población, no se dispuso el cierre anticipado de empresas y negocios. ¿Por qué?

Jean Suriel ha insistido en la necesidad de radares Doppler para reducir el impacto de estos fenómenos naturales, cuando le haremos caso.

Podemos culpar al cambio climático, puede ser la causa, pero ¿seguiremos de brazos cruzados o buscaremos dos pesos de velas para que las ánimas del purgatorio o San Isidro el labrador, ahora contengan las lluvias, cuando vengan?

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