Un franciscano pionero de las reducciones jesuitas en Paraguay
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Una segunda característica: los jesuitas se comprometían a inculturarse mediante “el conocimiento, estimación y aceptación de los valores culturales de los pueblos evangelizados, de sus tradiciones, lenguas y costumbres”. Así vemos a Roberto di Nobili, S.J. (1577 – 1656) vivir como brahamán en la India y a Mateo Ricci, S.J. (1552 – 1610), como mandarín en China en la corte del Emperador.
Finalmente, “la tarea evangelizadora iba acompañada de la enseñanza de conocimientos humanos, oficios artesanos y progresos técnicos, es decir, de una promoción educativa y social.”
En 1580, el franciscano Fray Luis de Bolaños, se adentró solo y sin escolta entre los indios guaraníes. Treinta años más tarde, cuando los jesuitas establezcan reducciones estables, emplearán los apuntes y el vocabulario en lengua guaraní que Fray Bolaños les había entregado generosamente sin parar mientes en sus años de trabajos redactándolos. “Los jesuitas alabaron siempre a este santo misionero franciscano, --gran lengua [intérprete], gran siervo de Dios y amigo nuestro”.
Los portugueses y muchos colonos españoles se oponían a los jesuitas. Los portugueses aspiraban a esclavizar los indios y los encomenderos españoles a exigirles trabajos forzados como pago por la catequesis. Ya en 1603, el Padre Diego de Torres escribiendo a Felipe III le exponía “el servicio personal obligatorio” es “la causa de la despoblación de aquellas regiones”. En 1608, los jesuitas liberaron a todos sus servidores indios en Chile, Tucumán y Paraguay.
Los vecinos de Asunción recibieron a los jesuitas bajo palio, años después, les torcían el rostro para mostrarles malevolencia.
Veamos la respuesta jesuita a la amenaza portuguesa.