Haití: el reto de gobernarse

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Juan Guiliani CurySanto Domingo

Los acontecimientos en Haití siguen al rojo vivo. El país viene atravesando desde 2018 y 2019 una aguda crisis de estabilidad política, económica, social y de seguridad pública, que se ha extendido y agravado. Los acontecimientos de protestas tuvieron al inicio que ver con el alza de los precios de los combustibles y alimentos que afectaron a la población. Las manifestaciones pedían la renuncia del presidente Jovenel Moise (2017-2022), quien fue luego asesinado el 7 de julio del año pasado en su propia residencia. Aun no se ha podido determinar quiénes participaron en el magnicidio del jefe de Estado haitiano y solo se sabe que un comando de mercenarios privados armados en su mayoría colombiano ejecutó la operación. Moise era líder del PHTK (Partido Haitiano Tét Kale) fundado por Michel Martelly en 2012, que quiere decir “cabeza calva”. Para las elecciones de 2021, el mandatario fallecido pretendía introducir un conjunto de reformas políticas vía referéndum y elecciones libres. Moise sucedió en el poder a Martelly (2011-2016). El asesinado presidente respaldado por Martelly ganó las elecciones en segunda vuelta en noviembre de 2016 con un 55% de la votación. Desde hacía más de un año y medio, Moise gobernaba por decreto ya que el parlamento haitiano ha permanecido cerrado desde enero 2020. La semana pasada se había informado que una zona franca privada que opera en Juana Méndez, provincia fronteriza de Dajabón, había sido atacada por una banda haitiana, lo que fue desmentido por el ministro de Defensa Carlos Luciano Díaz Morfa. Con el asesinato de Moise, la situación se ha ido paulatinamente yendo fuera de control. La República Dominicana ha tenido que reforzar la seguridad fronteriza con tropas de vigilancia y equipos de combate en prevención a una situación de emergencia en la frontera. La crisis haitiana no es nueva. Desde que se derrumbó la férrea dictadura de 28 años de la familia Duvalier, el país entró en un proceso democrático y golpes militares, a pesar de que varios presidentes han pasado por el solio presidencial vía elecciones generales con sus altas y sus bajas. Ejemplos son, Avril, Aristide, Cedras, Preval, Martelly, Moise. El clímax político ha llegado a tal punto que el Consejo de Seguridad de la ONU evalúa la imposición de sanciones de seguir el estado de inseguridad y violencia. Otros han pedido la intervención militar extranjera para estabilizar el país. Hemos abogado para volver al estado democrático por una solución diplomática pacífica y consensuada del más alto nivel liderada por Estados Unidos e integrada además por la Unión Europea, CARICOM, Canadá, el Reino Unido, México y Argentina, además de la ONU-OEA. Estados Unidos y la ONU han prometido asistencia a la policía haitiana en armamentos y entrenamientos para combatir las bandas armadas que controlan vías de acceso a fuentes de combustibles y zonas semiurbanas. Haití tiene el reto de su propia gobernabilidad y retornar al orden constitucional.

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