De la retórica a la acción
Durante años, la República Dominicana, a través de sus gobernantes, organismos diplomáticos y migratorios, ha desarrollado una política tímida, retórica, frente a las presiones, acusaciones, denuncias que nos endilgan las clases política y empresarial de Haití, apoyados en unas ONGs que nos acusan de xenófobos, discriminadores, represivos.
República Dominicana se hartó de tanta contemplación y tantos desplantes a la política de buena vecindad que hemos practicado hacia Haití y los haitianos. Una solidaridad que nos lleva a quitarnos el pan de la boca para dárselos a esos hambrientos exiliados de la pobreza extrema. De ahí, entonces, que se entiende la reacción airada que ha provocado en los grupos de poder –político y económico- de Haití la decisión del Presidente Luis Abinader de poner impedimento de entrada al país del grosero ex ministro Claude Joseph y doce peligrosos delincuentes. Esa reacción haitiana tipifica claramente como esa gente, que vive del caos institucional y la violencia generalizada en su país, valoran la tendida de manos que siempre les hemos dado desde este lado de la isla.
Joseph y sus conmilitones hacen otra rabieta porque al ex ministro, con el impedimento de entrada al país, le dejaron al descubierto que junto a otros ‘seguidores’ –unos que viajaban y otros residen en nuestra nación- se reunían aquí para armar sus tramas políticas, que incluía campañas de denuncias contra los dominicanos en procura de favorecer sus propósitos políticos en Haití.
Aplaudimos, pues, la decisión del Presidente Abinader esperando -y que lo sepa esa ‘comunidad internacional’ y nacionales cómplices- que este sea el paso definitivo de la retórica a la acción.