Santo Domingo 21°C/21°C clear sky

Suscribete

PEREGRINANDO A CAMPO TRAVIESA

Nadal, brazo derecho de Ignacio Loyola

Avatar del Listín Diario
Manuel Pablo Maza Miquel, S.J.Santo Domingo

Ya quisieran muchos fundadores de órdenes religiosas haber contado con un asociado como Jerónimo Nadal (1507 – 1580).

Era inteligente, sensible de temperamento vivo. Se medía para no ofender

Sus pareceres reflejaban un profundo conocimiento de la Sagrada Escritura (dominaba el griego y el hebreo), sus estudios de teología, los Padres de la Iglesia y el derecho canónico.

En Nadal, “Ignacio encontró… el teólogo de su espiritualidad; Nadal confirió al carisma del Instituto la estructura teológica que el fundador no podía dar por sí mismo.”

Cuando en 1548 Ignacio se aventure a fundar un colegio en Mesina, Sicilia escogió a nueve de los jesuitas más talentosos, entre ellos, Pedro Canisio. Como superior nombró a Nadal.

Destaco tres aportes decisivos de Nadal a la naciente Compañía. Primero, entre 1552 y 1555, Ignacio encargó a Nadal de “promulgar y establecer el espíritu y práctica de las Constituciones”. Diego Laínez, el sucesor de Ignacio, de nuevo le encargó de dar a conocer las Constituciones recorriendo España, Francia, Alemania e Italia entre 1560 y 1564.

En una típica actitud ignaciana, Nadal reflexionó sobre su experiencia y escribió sus “Anotaciones sobre las Constituciones”. Muchas ideas de Nadal se recogieron en una guía para superiores.

El segundo aporte de Nadal fue dramático. A la muerte de Ignacio el 31 julio de 1556, Nicolás Bobadilla y Ponce Cogordán no aceptaban las Constituciones, pendientes de aprobación y la misma legitimidad de Laínez como vicario. Acusaban a Laínez de querer trasladar la congregación a España, influido por Nadal y Polanco, el secretario de Ignacio. Gracias a los buenos oficios de varios, Nadal entre ellos y la opinión autorizada del cardenal dominico Ghisliery (futuro San Pío V), la 1ª Congregación General sesionó en 1558, eligió a Laínez como general, a Nadal como uno de sus asistentes y confirmó las constituciones.

En tercer lugar, con más de 65 años, Nadal de nuevo se distinguió en la Congregación General III (1573), cuando algunos jesuitas recabaron el apoyo del papa para evitar que otro español, especialmente uno de ascendencia judía como Polanco, fuera General de la Compañía. Sea por ser descendiente de judíos o la edad, Jerónimo Nadal pidió ser liberado de todo cargo de gobierno.

Se dedicó a elaborar un libro que evangelizaba a través de imágenes. Falleció en Roma el 3 de abril de 1580.

Tags relacionados