De Medusa a Saturno

Las revelaciones del caso Medusa han sacudido la conciencia nacional, una estructura criminal que se denuncia operaba allí, desde donde debe operar la persecución criminal.

Es claro que Medusa no se refiere al animal marino, sino más bien a la figura mitológica: “un ser crónico, que convertía en piedra a aquellos que la miraban fijamente a los ojos”.

Jean Alain Rodríguez, literalmente convirtió en piedra a una parte del país, en la infame ocasión en que, cuestionó de forma abusiva a Mirian Germán, quien luego habría de sustituirlo.

Nadie se hubiera imaginado, por mucho de venganza que pueda tener el caso, que quien cuestionaba, sin ningún atisbo de misericordia, la hoja de vida de una mujer que a lo largo de su carrera judicial se labró su bien ganado prestigio, hoy estaría acusado de tantas inconductas.

Los tribunales deberán determinar cuánto hay de cierto en lo que se le acusa, en 12 mil páginas habrá cosas que puedan ser probadas, “más allá de toda duda razonable”, y cosas que no.

La opinión pública, ve este caso y la imputación que se hacen al ministro Lisandro Macarrulla y a su hijo, como una demostración de la independencia del Ministerio Público, un paso importante en la administración de justicia.

Dos hechos nos obligan a llamar la atención con relación a esa independencia, por un lado, las referencias al expresidente Danilo Medina, a quien no tengo porqué defender, de que el procurador tenía todo su respaldo, que firmó la autorización del programa carcelario en un papelito, datos que, por sí mismos, no lo inculpan.

Y dos, en la acusación figura el hijo del ministro Macarrulla, pero ahí mismo, se señala al propio ministro como la persona que habría negociado la operación fraudulenta.

Ambas generan pequeñas dudas sobre esa Independencia, porque el Ministerio Público, no sólo tiene que ser honesto, “además tiene que aparentarlo”.

La lucha contra la corrupción y las luchas del poder se llevan consigo a amigos y relacionados de quienes detentan el mismo, como en este caso, a un empresario del entorno íntimo del presidente, con una brillante trayectoria, valorada por otros ministros, que en su primera experiencia política se ve en semejante trance.

Un daño colateral, sin dudas indeseado para el mandatario y el gobierno, que se quiera o no, afectará sus relaciones.

Ya hay quien diga que sectores del empresariado o “de la oligarquía”, han comenzado a distanciarse del gobierno por esa situación, no sé si será cierto, pero es claro que ni su familia, ni sus allegados, podrán entender lo que le pasa, al margen de las pruebas que pueda aportar la justicia.

El ajedrez nos enseña que hay que medir las consecuencias de cada movida, un Ministerio Público, así de independiente hará algunas cosas que el poder no pueda prever y que pueden desatar “las fuerzas de los elementos”.

Como contrapunto, pienso que, el presidente ha hecho una buena elección en Joel Santos como ministro de la Presidencia interino, su trayectoria lo convierte en un referente positivo.

Nadie podrá evitar que el empresariado vea los hechos en torno a Macarrulla, como el episodio mitológico en el que Saturno devora a su hijo, que con horror retrata el cuadro de Goya o como los jóvenes que debían ser arrojados al laberinto para alimentar al minotauro, el inédito caso de un hombre que ha aportado tanto a un gobierno y parece haber sido dejado a su suerte.