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CONTANDO LOS HECHOS

Día del Maestro

Antier, 30 de junio se cele­bró el día del maestro. Eso me hizo recor­dar las ocasiones en que tu­ve la oportunidad de ejercer el digno ejercicio de la ense­ñanza. Corría el año 1953 yo había ubicado un barbe­ro en la calle Isabela Católi­ca, quien me recortaba cada 30 o 40 días. En una oca­sión le comenté que ya yo estaba bien avanzado en mi aprendizaje del idioma in­glés, y él me dijo: tal vez tú me podrías dar una claseci­tas para yo aprenderlo y te pago con el valor del recor­te. Se convirtió en mi pri­mer alumno.

Más adelante, en el 1957, conteste un anun­cio del colegio Luis Mu­ñoz Rivera, solicitando un profesor de inglés con edad mínima de 21 años y máxima de 30. La codirec­tora del colegio Mrs. Ro­dríguez al verme, me pre­guntó: usted vio la edad mínima que señala el anun­cio, le contesté, sí señora. Siéntese ahí y escriba las ra­zones por las cuales usted considera que debe ser es­cogido para la posición. Co­mo usted se imaginará hay varias otras personas que también están solicitando la posición. Naturalmente us­ted va a escribir sus plantea­mientos en inglés. Cuando terminé de escribir le entre­gué lo escrito, y ella me di­jo: bien, lo vamos a evaluar junto a los demás, no tiene que llamar, porque nosotros llamaremos al elegido y ese vendrá a recibir el puesto. Al pasar cerca de una sema­na, yo pensé que raro que aún no me han llamado del Muñoz Rivera, aunque dije­ron que no llamara, yo ne­cesito saber lo que ha pa­sado, y llamé. Me dijeron: dice Mrs. Rodríguez que venga el lunes a las 7:30 de la mañana. Comencé a celebrar. Eso me indica­ba que yo había sido elegi­do. Efectivamente, cuando me vi con Mrs. Rodríguez el lunes temprano, ella me dijo: señor Pérez, lo feli­cito, usted fue el elegido porque de todos los parti­cipantes fue el único que no esgrimió el argumento de; necesidades de salud en la familia, la falta de empleo por mucho tiempo y otros compromisos pe­rentorios. En vez de eso, us­ted recalcó los valores que podía poner en uso para be­neficio de los alumnos y del colegio. El segundo factor fue que le dijimos que no te­nía que llamar, que nosotros lo llamaríamos de ser ele­gido. El hecho de que us­ted llamara nos confirmó que realmente usted que­ría ésta posición. Adelante y buena suerte.

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