VIVENCIAS
Los dueños y los aliados
Un fenómeno que ocurre con frecuencia en las distintas parroquias católicas del país es, que algunos feligreses se creen dueños absolutos de lugar de la celebración o sea el templo. ¿Cómo se manifiesta este derecho de propiedad? Muy fácil, todo lo quieren hacer ellos, desde las lecturas diarias de la misa hasta prender las velas del altar sin darle participación a otros parroquianos porque según entienden solo ellos tienen la capacidad y disponibilidad de hacerlo.
Así vemos, que el sentido comunitario en este tipo de gente se encuentra muy lejos de lo que enseñó Jesús, una actitud que no contribuye en nada a crear un ambiente de fraternidad, que a fin de cuentas es uno de los objetivos que persigue una comunidad cristiana.
Un comportamiento de esta naturaleza es una respuesta equivocada al llamado que hace Jesús, para que todos se integren al anuncio del reino. Por otra parte, están los aislados en el templo, que corresponde a quienes, durante las celebraciones litúrgicas, en especial la Eucaristía, se colocan en lugares apartados sin tener ningún contacto con los demás feligreses.
Se trata de comportamientos que no se compadecen con el mensaje de Jesús, pues si hay una celebración que es un acto eminentemente comunitario, de entrega y servicio es la Eucaristía. Dueños o aislados, ambas actitudes reflejan un desconocimiento total de la verdadera función de un cristiano, que es la de servir de camino para que otros lleguen a Jesús, considerándolos hermanos amados en la fe con todo lo que esto implica y significa.