Intriga en la naciente Compañía de Jesús

Los tres primeros superiores generales de los jesuitas habían sido españoles: San Ignacio (1541 – 1556), Diego Laínez (1558 – 1565) y San Francisco de Borja (1565 – 1572). Muerto Borja, el candidato ideal parecía Juan Alfonso de Polanco, competente secretario de la Compañía durante tres generalatos, empezando por Ignacio. Contra Polanco se alzaban dos dificultades: era español y descendiente de judíos.

Ya en tiempos de Borja, jesuitas portugueses e italianos se quejaban, porque Borja nombraba demasiados españoles como superiores en Italia. Convocada la III Congregación General de la Compañía de Jesús para elegir General, asistieron 47 delegados de los cuales 24 eran españoles. El P. portugués, Ledo Henríques portaba una carta del Cardenal Infante portugués para Gregorio XIII. La misiva pedía: impida que un descendiente de judíos, pueda ser General jesuita. Henríques se oponía a otro General español y por igual, los jesuitas italianos. Gregorio XIII, gran benefactor de los jesuitas, en fecha 15 de abril, a través del cardenal Farnesio le había comunicado a Polanco: no quería otro General español. El Papa habría comentado: ¿es que solo los españoles califican para ser General? Polanco se pronunció: esta polvareda es en mi contra, dejen a los otros españoles en paz.

Reunidos los delegados para iniciar sus labores en 1573, mientras el Padre Possevino hacía una exhortación, se presentó el Cardenal Secretario de Estado, Tolomeo Galli y le expresó a los convocados: Gregorio XIII no quiere otro español como General jesuita. Polanco le recordó que la Congregación debía ser libre para elegir aquél que considerasen más cualificado.

Se culpó a los portugueses por esta injerencia y el P. Henriques, de rodillas y llorando confesó sus “diligencias “ante el papa. Una delegación visitó al papa exponiéndole: la orden papal era contraria a las Constituciones aprobadas; quitaba libertad a los electores; sería un General elegido bajo presión; sembraría discordia entre las nacionalidades, menospreciaría a España, a quien tanto debía la Compañía y los herejes se alegrarían. Gregorio XIII revocó su mandato, pero les pidió que si elegían a un español, antes de divulgarlo que se lo comunicasen. De paso les sugirió que el P. Mercuriano haría un excelente General.

El 23 de abril de 1573 fue electo General el P. Everardo Mercuriano. Se calmaba la cuestión española, no así el creciente antisemitismo en la Compañía del judío Jesús.