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POLÍTICA Y CULTURA

La Comisión de Efemérides ¡tiene la palabra!

Trujillo contrató tres italianos para participar en el asesinato del Presidente de Venezuela, Rómulo Betancourt, se llamaban Dr. Zuncini, Enso Lorenzo Lovato e Ilio Capozzi. Los tres eran combatientes de la Segunda Guerra Mundial y habían sido parte importante del ejército de Mussolini. Eran tres fieras humanas. Por igual, Trujillo contrató a un ex oficial de la Marina japonesa, quien entrenó a miembros de nuestra Marina de Guerra, para desembarcos relámpagos desde lanchas y unidades navales de gran velocidad y volar los pozos petroleros venezolanos.

Eran tres guerreros de leyenda. Mientras efectuaban pruebas en un barco viejo surto en el muelle, se produjo una explosión que dejó a Montes Arache, quien era el jefe de los “hombres ranas” de la Marina, agonizante con graves quemaduras. Trujillo ordenó que se le enviara a España donde pudo salvar su vida.

Los tres italianos contratados por Trujillo, Zuncini, Enso Lovato e Ilio Capozzi, se integraron a la revolución constitucionalista. Los italianos se pusieron bajo las órdenes del comandante Montes Arache. Capocci quien moriría en el asalto al Palacio Nacional el 19 de mayo de 1965, se cubrió de gloria en los combates de la cabeza del puente Duarte el 27 de abril de 1965, y sostuvo la tesis ante Montes Arache y Caamaño, de tomar San Isidro esa misma noche, ante la derrota humillante recibida por los soldados. 25 años después en un seminario celebrado para estudiar los sucesos de abril del 65, varios oficiales de entonces, admitieron que estaban desmoralizados y dispuestos a entregarse y negociar sus vidas esa noche memorable si llegaban los constitucionalistas, confirmando la tesis de Capozzi, que el Embajador John Bartlow Martin señalaría en su obra “El Destino Dominicano”.

Tres fascistas italianos se convirtieron en abril del 65 en héroes, abjuraron de su pasado y uno de ellos, murió por la libertad de los dominicanos, llegando a confesar que era la primera vez que peleaba por una causa justa. Antes de ir al asalto al Palacio, Capozzi le entregó al presidente Caamaño su reloj de oro, para que si moría en combate se lo diera a sus familiares en Italia. En mayo de 1966, Caamaño visitó Roma y fue donde la viuda de Capozzi y le entregó el reloj. Su hijo, Alessandro Capozzi, quien era entonces un niño, quiere ir a Santo Domingo, al camposanto de la avenida Independencia, donde reposan sus restos, para tributarle su admiración y su amor. La Comisión de Efemérides Patrias que preside el historiador e intelectual Juan Pablo Uribe, tiene la palabra.

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