Opinión

PUNTO DE MIRA

RD con miedo y con hambre

Para que se comprenda la situación de los dominicanos los funcionarios del gobierno deben hacer un ejercicio sencillo, pueden abandonar escoltas y los vehículos y caminar no por los barrios marginados, por el polígono central y verán lo que se siente cuando se aproxima un motorista.

Vivimos en pánico. Así nos tiene la falta de seguridad ya no solo en las calles, también en los hogares. Hay una delincuencia desbordada con uso de estilos operativos que inducen a temer la participación militar. Esta presunción complica la sensación de indefensión ciudadana porque anida la idea de estar sin autoridades.

Los días se convierten en años sin reformar la Policía y garantizar la tranquilidad, la promesa se destiñe mientras se visualiza cotidianamente que el gobierno carece de un plan preventivo.

Cuando los funcionarios encargados de la seguridad pública hablan improvisan para salir del paso, la desesperanza aumenta al saber que carecen de un programa de acciones para devolver la tranquilidad. La fórmula del gobierno es que debemos tener paciencia ante los atropellos.

Todos los días nos enteramos de un nuevo desatino en alguna esfera de acción oficial porque la torpeza de comunicación es habitual y algún funcionario provoca risa o enojo.

Si nos roban, ultrajan, violan o asesinan debemos poner la otra mejilla.

Y lo más grave de nuestra situación es que la angustia de salir a las calles se acentúa por la difícil situación económica. Los sueldos de miseria de nuestros ciudadanos tienen una posibilidad de compra reducida en más de un 30 por ciento.

Sobrevivimos con una penosa calidad de vida. La falta de experiencia de los gobernantes provoca hambre y miedo. Difícil combinación de vivir encerrado en las casas con hambre y terror.

El ciudadano común percibe que el gobierno carece de timón y plan de navegación.

Es imperativo revertir la situación antes de que la delincuencia nos ponga igual que Haití.

Tags relacionados