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Doctor Senén Caba, ¿un primer nivel de atención para los médicos jóvenes?

Algunas personas se creen en la genialidad de inducir conductas y dirigir procesos de condicionamiento operante sobre individuos y colectivos. Los ciudadanos de bien saltan sobre esas egolatrías para cumplir su rol social, muertos de risa, honrando a Baudelaire: “La raza humana tiene un arma verdaderamente eficaz: la risa”.

Perogrulleando digo: los galenos fueron médicos generales antes que pasantes. Felizmente, la mayoría opta por especializarse, requisito para operar en el sistema dominicano de salud.

Existen en el país instituciones acreditadas en la creación de oportunidades a favor de los médicos recién graduados y en formación: la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y el Colegio Médico Dominicano (CMD). Luego de estos vienen los centros hospitalarios docentes, donde los doctores en formación pueden continuar sus aprendizajes y concluir sus especialidades.

Algunos especialistas profesionalmente establecidos ven, en esa masa laboral que anualmente se integra al ejército laboral de reservas, una competencia, una amenaza a sus ingresos y han hecho lo que pueden para que el Sistema Dominicano de la Seguridad Social (SDSS) no les de oportunidades.

Sin embargo, es una aspiración ilegítima, reñida con la Ley 87-01 y, peor aún, con la Constitución.

Obstruyendo este derecho, aportan ilegitimidad al sistema de salud pública dominicano y al SDSS. También acreditan la ingobernabilidad en estos ámbitos.

Sin embargo, para esos médicos el SDSS previó su puerta de entrada: el Primer Nivel de atención.

Se trataría de unidades de servicios de salud comunitarios, cercanos a las personas de menores ingresos, disponibles 24-7.

Hablamos de pequeños centros equipados con lo indispensable, con entornos amigables y capaces de atender las dolencias y emergencias de los vecinos.

En estos, podrían participar como socios cinco médicos vecinos, responsables de y obligados a hacer turnos de 6 horas. Las 6 horas sobrantes serían para el descanso semanal de cada uno.

El gobierno podría financiarles, a intereses bajos y tasas y condiciones preferenciales, lo que necesiten para instalarse, incluyendo el capital de trabajo de un año para gastables, costos operativos e imprevistos.

Debería prepararlos durante un semestre o un año en gestión básica, reforzamiento en medicina general y comunicación médico-pacientes.

Para conciliar los intereses, el Ministerio de Salud Pública (MSP) y las facultades médicas de la UASD y de otras universidades seleccionadas podrían designar médicos especialistas que asesoren esos centros, siempre que pertenezcan al personal docente de los hospitales más cercanos al Centro del Primer Nivel de Atención al que sean vinculados y los propongan estos centros.

Asesoría solamente, nada de inspección.

Esta inspección, es decir verificar que los estándares se cumplan, se mantendría como está legítimamente establecida: responsabilidad del Servicio Nacional de Salud (SNS).

Cada médico especialista docente podría asesorar hasta cinco Centros de primer nivel de atención.

Y para los casos no graves pero que presentan patologías en progreso, esos mismos centros de primer nivel de atención podrían ofrecer citas con los especialistas, determinados días de la semana. Incrementarían sus ingresos. Jamás, sin embargo, podrían dejar de ser lo que son. Los propietarios sólo podrán especializarse en Medicina familiar y comunitaria y en Medicina preventiva y salud pública. Cuando prefieran otra, deberán vender su participación a otros médicos de reciente formación.

Las consultas con los especialistas designados en el Primer Nivel de Atención podrían tener un costo de bolsillo adicional, para el especialista, que no podría superar RD$$250.00. Estas consultas se reportarían a la ARS a la que pertenezca el paciente, esté el médico registrado en ella o no.

Pos consultas regulares estos Centros jamás podrían cobrar más que RD$150.00. Monto que significaría un ahorro para el paciente dado que con él reduce significativamente gastos de consulta, transporte y tiempo en otros centros.

También podría ofrecerse una opción gratuita, suplida por el MSP: el SNS enviaría especialistas ambulatorios a los Centros de Primer Nivel de Atención determinados días del mes o la semana. El Centro de destino funcionaría como “bedel” y gestor de ese recurso humano ante el SNS.

Con relación a los pagos, las ARS podrían negociar con la Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales (Sisalril) y el Colegio Médico Dominicano (CMD) las tarifas a pagar en estos centros. Podrían rondar entre 65-70% de las vinculantes a la ARS/plan de aseguramiento del paciente. Las de los especialistas que consulten allí, se mantendrían iguales, como incentivo. La Sisalril podría participar en su calidad de institución supervisora y actuarial técnico/financiera del SDSS. También como mediadora ilustrada.

Los propietarios de los Centros de Primer Nivel de Atención podrían recomendar al MSP los médicos especialistas asesores que desearían se les asignen y estos podrían ser, obligatoriamente, vecinos: para garantizar el servicio y evitar que los gastos de movilidad afecten la disponibilidad, rentabilidad y eficiencia.

Como el SDSS cumple, desde hace tiempo, el pago de las facturas de los servicios reportados por los Prestadores de Servicios de Salud (PSS) en un plazo máximo de 30 días, los Centros de Atención de Primer Nivel aceptarían suplidores a quienes puedan pagar entre 35 y 45 días máximos posteriores a su facturación.

La Tesorería de la Seguridad Social y la Sisalril podrían supervisar que los Centros de Atención de Primer Nivel no acumulen cuentas con sus suplidores que puedan impactar negativamente en la disponibilidad, garantía, calidad y sostenibilidad del servicio que habrían de ofrecer a la población.

En palabras simples: sería un servicio híper regulado; en el que también se impediría que los poderosos o morosos hagan “ingeniería financiera” con el dinero de los médicos y/o los PDSS.

Adicionalmente, se podría impedir que clínicas establecidas o sus socios principales puedan ser propietarios de, u operar, Centro del Primer Nivel de Atención.

En tanto el sistema seguiría garantizando que los pacientes ingresen al sistema por la puerta que deseen al ser ellos quienes deberán pagar la diferencia en el gasto de bolsillo por consultas con sus especialistas preferidos, derecho que no se les puede lesionar.

Para articular medidas así no hace falta tocar la 87-01. Ni buscar consenso en el Consejo Económico Social ni en el Consejo Nacional de la Seguridad Social (CNSS). Basta emitir algunas resoluciones puesto que ese nivel de atención ya está refrendado jurídicamente, quedando pendiente que el Ministerio de Salud Pública decida implementarlo y emitir las normativas respectivas. Incluyendo la acreditación de tales centros, a través del SNS.

Estas simples opciones imprimirían un vigor extraordinario y un dinamismo renovado al sector salud y de la seguridad social dominicanos, lo cual se reflejará de inmediato en la participación de estos en la composición del PIB. Hablamos del empleo, el ingreso per cápita y el tamaño del PIB nacional. Nótese el impacto que tendría en la reducción del costo actual por gastos de bolsillos. Y pensemos en otros términos: legitimidad, gobernabilidad, igualdad de oportunidades…

Como alguien me dijo alguna vez: “Grano a grano llena la gallina el buche”.

Corrales con gallinas satisfechas ilustra lo que es la gobernabilidad.

¿Es posible así, doctor Senén Caba? ¿Lograría que las sociedades médicas especializadas enmienden o aprueben iniciativa tal?

¿Favorecería así el CMD a sus nuevos colegas?

De parecerle viable en alguna porción, puede considerar comunicarlo al Ministro de Salud Pública, a la Sisalril y, naturalmente, al Presidente Abinader.

Y el CMD dominicano empezaría a trabajar como lo que también es: Asesor del gobierno en materia de salud.

Ojalá el CMD asuma esta como la meta suprema de su actual gestión: que el primer nivel de atención quede definitivamente articulado. Para el bien de la población de los médicos jóvenes, especialistas, docentes, ARS y la población de menores ingresos.

Ojalá sea así. Ojalá lo quiera Dios.

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