El mejor de los caminos

Que el gobierno de Luis Abi­nader esté entrando al últi­mo trimestre de su segundo año, traerá consigo nuevas condicionantes en su accio­nar político y económico.

Habrá llegado la hora de evi­tar “ruidos” y de “barrer pa’ dentro”, como en campaña. Por ejemplo, queda posterga­da toda decisión que pudiera afectar cual­quier sector con capacidad de dañar su po­pularidad, lo que incluye a motoconchistas sublevados, sindicalistas empresariales, violentos y anárquicos, y por supuesto, que incluye a los grandes grupos corporativos y a los partidos eclesiásticos “que enarbolan­do a Cristo con su cruz” tiran a matar al go­bierno que no cede a sus intereses de corte económico o de fundamentalismo religio­so. Hagan memoria.

Pacto fiscal, organización del tránsito (sin bandas choferiles), reinvención de la Policía, orden en las bancas de apuestas y de vergüenza, aplicación de las leyes con condenas definitivas a depredadores de du­nas banilejas, o a empleadores de ilegales en la agropecuaria o la construcción, todo queda postergado hasta agosto 2024, siem­pre y cuando logre el PRM negociar con sus aliados de la versión verde del PLD, la FP, a quien debería el presidente Abinader ofre­cer algún tipo de amnistía “tácita, implíci­ta o sobre entendida”, sabido como se sabe, que el PLD es solo uno; recordando que el mérito de los avances en la política social en los gobiernos del PLD, -lo que se amplió y aceleró en la gestión del licenciado Danilo Medina, según indican las estadísticas-, es mérito tanto del PLD moradomedina, co­mo del PLD verdefernández que siempre fue parte de esa administración, en direc­ciones y sub, en bajas o altas cortes, minis­terios con o sin cartera; como es de ambos el mérito de la estabilidad macroeconómi­ca de sus cinco administraciones, y la visión a largo plazo que ha caracterizado a los go­biernos del doctor Leonel Fernández.

Pero cuidado, que también pertenece al único PLD -en verde o en morado- el des­madre ético, la innecesaria chulería, la des­fachatez exhibicionista, la democratización de la corrupción y el establecimiento de la impunidad como categoría de gobierno. Luces y sombras de un solo partido ahora partido en dos…

El inicio del tercer año de gobierno re­presentará la hora de los azules hornos de la administración de quien ha sido un buen presidente en el peor de los momentos. Ojalá, y a diferencia de don José Alfredo Ji­ménez, no escoja el peor sino el mejor de los caminos.