Daños de campaña anticipada

Cae en saco roto cualquier llamado a poner el interés del país por encima de apetencias grupales e individuales. La precipitación electoral pervierte todo.

Propuestas, proyectos, acciones son pasadas por el tamiz electoral y de inmediato se impone la perversa divisa: lo que beneficia al contrario, me perjudica.

Difícil para no de decir imposible, encontrar soluciones a los problemas mayores que abaten a la República Dominicana, como consecuencias de la pandemia covidiana y la actual guerra europea.

Los anuncios de paliativos oficiales son rechazados sin ponderación exhaustiva y desde el gobierno se desprecian los caminos o atajos que señalan los opositores para atenuar los impactos locales de la crisis internacional.

Los recelos predominan y se privilegia el conflicto sin importar los daños a los sectores productivos y consumidores dominicanos que todos dicen defender.

La guerrita se desata ante cualquier propuesta y se revientan las redes sociales y los escenarios convencionales.

El gobierno que ha dado marcha atrás en varios intentos de medidas económicas, incluida la reforma fiscal, resiste abandonar el proyecto de arancel cero para importaciones de alimentos, mientras la oposición eleva aún más el tono del rechazo.

En este enfrentamiento, el presidente Luis Abinader tiene la dificultad de que sectores industriales y de comerciantes, se han unido a productores nacionales que alegan serían arruinados de permitirse importaciones libres de arancel a más de 60 productos básicos por espacio de 6 meses.

La confusa aprobación del proyecto en la Cámara de Diputados ha atizado los enfrentamientos en el ámbito político, con alegatos de violaciones constitucionales, que los oficialistas rechazan con explicaciones de que se sujetaron al reglamento del hemiciclo. La aspiración del presidente Abinader de una reforma constitucional parece haber zozobrado y las discusiones sobre otros proyectos se han ralentizado en la mesa del Consejo Económico y Social (CES).

Parecía que habría más voluntad para reformas electorales, visto el desastre en que devino la apresurada aprobación de cambios sustanciales durante los meses de la campaña electoral última (posteriormente destrozados por el Tribunal Constitucional), pero los dirigentes políticos llevan hasta los salones de discusiones de la JCE las asperezas de otros escenarios.

El abuso de treparnos a la “patana electoral” de forma extemporánea ha generado particulares discusiones allí, por los esfuerzos del organismo de que los partidos se sometan a las regulaciones existentes, aún con todas sus deficiencias. El retraso conspira contra el proceso de 2024, pero la impresión es que poco importa a muchos políticos.

El problema es que urgen medidas, algunas que deben pasar por el congreso nacional, para atenuar los impactos de la crisis. En el primer trimestre del año el gobierno subsidió con más de 6 mil millones los derivados de petróleo.

Hay pocas propuestas de solución, pero sobran cuestionamientos a las limitadas iniciativas. Los programas sociales del gobierno han sido reforzados y ampliados, lo que también drena el presupuesto nacional, sin que se identifique nuevas frentes de ingresos.

El sistema de ayuda condicionada Supérate dio entrada a más de 300 mil personas y aumentó el monto de pago para beneficiarios de bonogás, pero fruto de la precipitada campaña hay una deriva de cuestionamiento al programa y a sus principales ejecutivos.

La excusa es el descubrimiento de un fraude millonario con la clonación de tarjetas de miles de beneficiarios y que está bajo investigación del ministerio público, que ya procuró coerción contra varios imputados. Gloria Reyes, directora del programa aclaró que el fraude fue a los bancos.

Mientras se dificultan las soluciones generales, el gremio de los maestros afecta a los estudiantes con paralizaciones de labores por aumento de sueldos…