“La mujer femenina”

El hombre y la mujer son iguales como seres humanos, esto es, ninguno es inferior o superior respecto al otro. Pero todo proclama que son diferentes en su naturaleza sexual. “La diferencia entre los sexos se debe a que ambos tienen una misión y una función distintas en la vida. ‘La mujer representa los valores de la vida. El hombre representa la abstracción, la mecánica. La mujer representa el calor humano, la ternura, la proximidad”. Así lo dice la escritora Ariana Stassinopoulos (hoy Ariana Huffington), en su famoso libro “La mujer femenina”.

Las mujeres deben procurar ser más auténticas y completas, y preservar saludable su autoestima. “La mujer femenina es una mujer que está orgullosa de serlo –según la autora–; una mujer que exige igualdad de oportunidades y de salarios, pero que al mismo tiempo cultiva su personalidad como mujer”.

En efecto, Dios tuvo este propósito al crearlos varón y hembra. Estas criaturas compartian en igualdad la imagen del Creador y juntas ejercían el dominio sobre todo lo creado, pero eran por designio divino físicamente direrentes a fin de cumplir el mandamiento de Dios de multiplicarse. ”Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios…” (Génesis 1:27-28).