EMPEZÓ HAINA A MOLER
La belleza en medio del caos mental
Entra nerviosa a mi consulta, me pide disculpa por los nervios, me dice que es la primera cita conmigo y no sabe cómo saldrá.
Le dije, tranquila, estoy aquí para ayudarte.
Duró 10 minutos seguidos, sin pausa, hablando, relatando sus traumas, sus miedos y sobre todo no dejaba de repetir "Sé que estoy loca"; me enseña sus brazos, no le queda un espacio para más cortes, sufre el mismo trastorno del artista Vincent Van Gogh.
Y fue cuando entendí que en medio de tanto caos mental existen pinceladas de belleza.
Cuando ella terminó de hablar le dije “eres preciosa y muy graciosa” y ambas nos reímos, y me dijo “gracias, nunca nadie me ha dicho eso, al contrario la gente no quiere estar conmigo, porque no soy "normal"”; pero yo la observé desde unas gafas de empatía para que ella no se sintiera como dice, una loca.
Su historia sin duda me llevó a pensar y reflexionar. Ella también desde el arte hace todo lo hermoso que no puede demostrar pero que está en su esencia.
La similitud con Vincent Van Gogh me ayuda a recordar que él pintaba sin parar, bebía abstenga (alcohol al 70%), fumaba, dormía poco y tenía muy mala alimentación, al punto de estar desnutrido.
Las investigaciones sobre su estado mental, realizadas por un equipo de psiquiatras y neurólogos, señalan que, además de brotes sicóticos, pudo padecer el trastorno límite de personalidad (TLP), igual que mi paciente, y bipolaridad que le llevaron a varios ingresos hospitalarios, sufriendo en alguna ocasión Delirium tremens ( Fase aguda del síndrome de abstinencia, es lo que se conoce como "mono"; que son reacciones físicas que ocurren en una persona que sufre una adicción a una sustancia y deja de consumirla ).
Su estado mental y sus episodios de descontrol le llevaron a que él mismo se amputara una oreja. Van Gogh se suicidó a los 37 años.
Yo acompañaré a mi paciente sin juzgarla, la escucharé y entenderé para que tenga mejor suerte que este artista, quien por falta de tratamiento no pudo llevar una vida estable.
A día de hoy disponemos de tratamientos eficaces para distintos trastornos mentales y para todo tipo de adicciones. La peor sensación que se puede tener en la vida es perder el control. Pide ayuda porque sin salud mental no existe la salud.