Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

OTEANDO

Si yo fuera Dios

Ay si yo pudiera, con grito celeste, detener la guerra! Si mi canto fue­ra adonde yo quiero y mis sirenas produjeran en los que ofenden la sordera al reclamo interior que los im­pulsa a matar. Ay, si la luna vol­viera a ser de queso y el hom­bre tuviera, como único afán, comerla en pedazos. Si el oro y la paz pudieran juntarse y ha­cer caramelos con azúcar prie­ta. Si la blanca nieve de la Ru­sia hermana volviera a comer de aquella manzana y los sie­te enanos, que hoy se llaman grandes, no la despertaran hasta la mañana.

Si el lobo feroz y Cape­rucita pactaran sinceros un nuevo argumento, hicieran cometas para echar al vien­to, con felices duendes que las tripularan. Si Rico McPa­to, emblema mundial, pen­sara un poquito en Hugo, Paco o Luis. Si las espinacas de aquél marinero crecieran por muchas en toda la tierra y, todos iguales, tuvieran por fuerza solo un corazón que los animara y en abrazo tier­no sus cejas juntaran.

Ay si Abel volviera y, forni­cador, a todas las hembras las embarazara, la tierra poblara de la estirpe buena y todos los hombres se felicitaran. Y si Lu­cas, tierno, volviera a escribir y el samaritano nos reivindicara, aquellas heridas de los intere­ses con vino y aceite de nuevo curara. Ay si el escorpión pa­deciera amnesia y al fin se olvi­dara de su vocación. Si Dalila, en cambio, se volviera buena y, por nada del mundo, vendiera a Sansón.

Ay si Adán volviera, lleno de vergüenza, a emprender la huida y a ocultar su sexo o el reptil insano nunca apareciera, a engañar el mundo y hacer­lo travieso. Si Newton viviera mejor su experiencia y aquella manzana de rumbo cambia­ra, no habría gravedad en toda la tierra ni pesos ningunos que devienen fuerzas ni carga tan fuerte que nos aplastara.

Ay si mi utopía se volviera cierta y por la mañana yo me le­vantara abriendo feliz a todos mi puerta, sin miedo o tapujos que me limitaran. Si por fin el mun­do se volviera bueno, si no hu­biera culpa, tampoco pecado, todos estuviéramos en el mis­mo lado, ¿y entonces, la cuerda, quién atesaría para equilibrarlo?

Ay si me tocara reescribir la historia, la hiciera tan bella que todo asombrara, rever­tiría todo, sin penas ni taras. Sin embargo, amigos, solo eso podría si yo fuera Dios o a eso jugara.

Tags relacionados