Santo Domingo 21°C/21°C clear sky

Suscribete

POLÍTICA Y CULTURA

¿Mandó Trujillo a matar al Papa Juan XXIII?

El dictador Rafael Trujillo, desató en el año de 1960, fuertes enfrentamientos con la Iglesia Católica dominicana, cuando ésta asumió en su Pastoral del 25 de enero de ese año, la defensa de los jóvenes apresados, torturados y varios asesinados del Movimiento Clandestino 14 de Junio, esa “nueva Trinitaria”, como diría el Profesor Casado Soler.

En su venganza contra la Iglesia, Trujillo ordenó asaltos a parroquias, persecuciones contra sacerdotes y obispos, seminaristas y feligreses. En el paroxismo de sus embestidas contra la Iglesia, Trujillo se quejaba de que la misma había sido ingrata después del apoyo y ayuda que él le había dado durante su tiranía.

En 1954, el 16 de junio, Trujillo acompañado de sus más destacados colaboradores, firmó el Concordato junto al Papa Pio XII en el Vaticano, mediante el cual el Estado dominicano realizaría obras de construcción para la difusión del evangelio cristiano, y además, creaba ataduras legales en la enseñanza y oficialización de la religión católica, como una especie de religión del Estado dominicano.

Trujillo expresó en esa ocasión lo siguiente: “Somos humildes hijos de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, y reconocemos que la firme sinceridad de nuestra fe y nuestra constante práctica de la cultura cristiana, han sido la causa primordial de nuestro triunfo frente a los infortunios que han manchado nuestra historia”. Todo aquello se derrumbó con la Pastoral de la Iglesia Católica dominicana leída en todas las parroquias el domingo 31 de enero de 1960, donde la Iglesia se solidarizó con centenares de jóvenes aherrojados a los calabozos pidiendo su liberación y el respeto por sus vidas.

La indignación de Trujillo fue de tal dimensión que persiguió sacerdotes, docenas de seminaristas cayeron presos, y uno de ellos murió torturado, ordenó asaltos masivos contra varios locales de Iglesias en el interior del país, e incluso escuchó impávido una propuesta de Johnny Abbes, de meter a todos los prelados en un autobús y lanzarlos al precipicio desde una carretera.

El expresidente Balaguer que acompañó a Trujillo para la firma del Concordato reveló en su libro “La Palabra Encadenada”, que Trujillo deseó la muerte del entonces Papa Juan XXIII, y haciendo caso a Johnny Abbes que lo recomendó, nombró al señor Rodolfo Parada Veloz como Secretario de la Embajada dominicana ante la Santa Sede, ya que Paradas, quien era mutilado de uno de sus brazos, y poseía según narra Balaguer, “lo que los italianos llaman “jettatura”, una virtud de llevar desgracia adonde quiera que era enviado y de sellar sus pasos con una estela de catástrofes”.

En el lenguaje dominicano diríamos que era un azaroso. Sigue diciendo Balaguer en su obra: “Y, sorpresas del destino, misterios de la Divina Providencia, contradicciones de la vida, Juan XXIII, enfermó poco después de la llegada a Roma del mensajero de Trujillo”. La imagen de Trujillo se revela como el monstruo que fue, capaz incluso de hacer brujerías para matar hasta al Santo Padre de la Iglesia Católica. Nunca tuvo escrúpulos ni bondades. La nostalgia del hombre fuerte que muchos padecen, no se sustenta en la bondad ni en el amor, sino en la injusticia, la simulación y el crimen.

Tags relacionados