PUNTO DE MIRA
Redes están a favor de Abinader
La ordenada forma en que actualmente se hace política permite que los políticos hagan sus acuerdos sin alteración del orden público. Vivimos la época del consenso. Hasta la oposición ve que los allegados funcionan de manera “light” al poner en uso las redes sociales para expresar rechazo o aprobación.
La opinión ciudadana está a tiro de un “treclazo”. A toda hora se expresan con pasión y sin tapujos lo que permite al gobierno saber el tiempo político instantáneamente. La marea se encrespa cuando los gobernantes hacen oídos sordos y quieren imponerse. Se vio en el pasado gobierno.
Esta virtualidad permite visualizar que el gobierno de Luis Abinader buscará la forma de sacar del es cenario el incomodo proyecto de fideicomiso para la generadora en Punta Catalina. Este negocio se ve contaminado, opaco y contradice la proclamada intención de hacer las cosas por la ley.
Según los legisladores, esta propuesta de negocios sería conocida casi en marzo, pero más que discutir los senadores tendrían que asentir o disentir con los términos textuales porque no le es dable quitar ni poner una coma. Es, sí o no. Quizá este amarre de fábrica indujo a que los diputados aprobaran sin leer y el proyecto fue corroborado como entierro de pobre.
Este gobierno ha dado muestras de lucidez en cuanto a dar marcha atrás cuando la población no está de acuerdo. El Estado es una gran empresa de propiedad popular y el gerente debe manejarse según este el mercado. Luis Abinader es un empresario.
En su parcela hay la clara intención de buscar la repostulación y no hace nada bien a esos propósitos que esta administración a las claras le regale a los ricos los bienes del Estado. No hace falta aclaraciones ni el uso de adulones, hay un buen articulado rechazo popular.
El gobierno debe retener esa generadora que le asegura servir electricidad a precio más económico, le ofrece utilidades y garantiza que no habrá rejuego ni acuerdos contra el pueblo.