Liderazgo preventivo de Don Bosco

Enero es un mes de mucho significado para la Fami­lia Salesiana y para la Iglesia dominicana. Hacemos memoria del san­to de la amabilidad y patro­no de los periodistas católi­cos, Francisco de Sales; del santo cuya misión pasto­ral era hacer de los jóvenes buenos cristianos y hon­rados ciudadanos, Juan Bosco; además, de la pro­tectora de la nación domi­nicana, Nuestra Señora de la Altagracia.

El padre, maestro, fun­dador y patriarca de la Fa­milia Salesiana, Don Bosco, ha dejado a su familia es­piritual, a la Iglesia y a los hombres y mujeres de bue­na voluntad un legado edu­cativo incalculable: el siste­ma preventivo, el liderazgo preventivo salesiano.

Don Bosco, como líder sacerdote, buscaba funda­mentalmente el fomento de una mejor calidad de la humanidad. Él como líder educativo preventivo influ­yó en su cultura, sobre to­do en los miles de jovenci­tos que, despavoridos por el hambre, la soledad y la or­fandad migraron al gigante industrial que era Turín en su época. Su misma expe­riencia de una familia mo­noparental, causada por la muerte a destiempo de su padre, marcada por la vio­lencia, la precariedad y la pobreza; pero también ali­mentada, iluminada y guia­da por una madre empren­dedora, valiente, visionaria y audaz.

El liderazgo preventivo se genera en educadores apa­sionados por el crecimiento integral de los educandos. Es el tipo de persona que edu­ca desde lo positivo que cada persona posee en su interior. Sabe ver en un ladronzuelo de la calle, en un niño aban­donado, en un limpiabotas, en un desheredado; un futu­ro ingeniero, comunicador, profesor, sacerdote o médi­co. La preventividad salesia­na educa desde lo positivo y hacia lo positivo; busca ele­var, construir y aprovechar la energía saludable que posee la persona. La preventividad salesiana genera el sentido de la dignidad donde sea re­querida; es alegría, es atrac­ción por las cosas nobles, be­llas y útiles; es apertura a la trascendencia.

El líder preventivo, según Don Bosco, sabe concretar su liderazgo desde los im­perativos enarbolados por el filósofo, teólogo y jesuita de origen canadiense, Ber­nard Lonergan: “sé atento, sé inteligente, sé reflexivo, sé responsable, sé respetuo­so”: que conjugados con los principios y criterios de la preventividad salesiana, dan como resultado un líder de­fensor.

El sistema preventivo es una síntesis tan exquisita y con tantas posibilidades de comprensión, vivencia o in­terpretación que se vuelve método, pedagogía, espiri­tualidad, proyecto, criterio de vida y de acción. Cuan­do tal sistema es inoculado a una persona llega hasta sus cromosomas dando como resultado el ser y el hacer de un educador al estilo de Don Bosco.