Puntos de vista
lunes, 24 de enero de 2022
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EL BULEVAR DE LA VIDA
De parto (La educación)
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Cuando la partera es mala, sabe bien el pueblo dominicano a quién se le echa la culpa.
Precisamente, echándole la culpa a la partera andan quienes afirman que ante el estancamiento de la calidad de la educación dominicana, se debería reducir el 4% de PIB asignado a la Educación No Universitaria (ENU) desde 2012, cuando debe hacerse todo lo contrario.
El Consejo Nacional de Educación, el Ministerio, la Federación de padres, el sindicato de docentes y el resto de la sociedad deben pasar balance a lo ocurrido, a lo logrado y lo estancado en la ENU después de nueve presupuestos ejecutados, y a partir de los resultados, afinar la puntería… y actuar.
Veamos: En estos diez años, la ENU ha avanzado como nunca en lo que tiene que ver con la infraestructura, con la distribución de accesorios y dispositivos, y con el establecimiento de una jornada extendida que ha sido “la madre de todas las bendiciones” para nuestras familias pobres que ahora pueden dejar a sus muchachos en la escuela a las ocho a.m. y recogerlos a las cuatro p.m., desayunados, merendados, almorzados y educados. En lo de EDUCADOS, en la calidad de esa educación, está la vaina.
Como ya se ha demostrado que en lo fundamental la calidad de la educación NO universitaria depende de la calidad de los docentes, ya sabemos todos “por dónde le entra el agua al coco”: por el aumento de la capacitación, responsabilidad, dedicación y cumplimiento de los docentes, profesores y maestros.
Entonces, manos a la obra, señor Gobierno. Grandes avances no se logran con tímidas medidas. “Para pescar tilapias, hay que mojarse algo más que la espalda”.
De 2013 a la fecha, no existe un sector de los empleados públicos al que le haya sido mejorado tan sustancialmente (duplicado el salario, por ejemplo) sus condiciones salariales y de trabajo, como se ha hecho con los 117 mil docentes del sistema. Esto debe continuar, pero con una estricta evaluación del desempeño de esos docentes, y el firme compromiso de ejecutar las acciones de depuración necesarias, sin importar lo difíciles e impopulares que puedan ser.
Y si Ud. es de lo que considera que la Educación es muy cara, imagínese lo que cuesta la ignorancia.
Si su duda persiste, revise las redes sociales de “lisensiados” de “hubieron” y “ello hay”, con el nivel de lectura comprensiva de un analfabeto funcional… y llore.