PENSAMIENTO BÍBLICO
Roca y redentor
“Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío”, Salmo 19:14.
La boca del salmista debe convertirse en un instrumento de adoración. Y esa adoración será el fruto de un corazón arrepentido y convertido a Dios.
“Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión”, y podremos alabar a Dios, quien es nuestra roca y nuestro redentor. Sin duda, Dios demanda integridad y limpieza en la vida del creyente. No podemos estar en dos aguas.