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POLÍTICA Y CULTURA

¡Los versos de León Felipe en mi ventana!

Hoy amanecieron los versos del poeta español, León Felipe, en mi ventana como un florilegio, como un pequeño pájaro cantor, un jilguero, una donación misteriosa del alba, que asoma encandilada en algunas mañanas. Cuando se exilió en México, perseguido y obligado a huir a raíz de la guerra civil española de 1936-39, el poeta le escribió aquel epitafio al dictador Francisco Franco que todavía hoy conmueve e ilustra: “Franco, tuya es la hacienda, la casa, el caballo y la pistola/ Mía es la voz antigua de la tierra/Tú te quedas con todo y me dejas desnudo y errante por el mundo/más yo te dejo mudo, ¡mudo!/ ¿Y cómo vas a recoger el trigo y a alimentar el fuego si yo me llevo la canción?”. Otro de sus poemas más conocido está investido de una criticidad social y política impresionante: “Yo no sé muchas cosas, es verdad/Digo tan sólo lo que he visto/ Y he visto: que la cuna del hombre la mecen con cuentos/que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos/que el llanto del hombre lo taponan con cuentos/que los huesos del hombre los entierran con cuentos/y que el miedo del hombre ha inventado todos los cuentos/Yo no sé muchas cosas, es verdad/pero me han dormido con todos los cuentos/y sé todos los cuentos”. No todos los días fosforesce en el lucero del alba, la canción, esa flamígera entonación de versos y música. Evoqué a este trovador insigne, caballero de capa y espada, irreverente, y sentí que su indignación seguía vigente cabalgando como Don Quijote por la amplia llanura. Era una secuencia, vibraciones y ecos de una voz alta, anarquista, irreverente, inmensa. Y entonces me llegaron como lloviznas y truenos los versos de su poema “Romero solo”, que comparto con ustedes amigos lectores.

“Romero solo… Ser en la vida romero/ romero solo que cruza siempre por caminos nuevos/ Ser en la vida romero sin más oficio/ sin otro nombre y sin pueblo/ Ser en la vida romero…romero, solo romero/Que no hagan callos las cosas ni en el alma ni en el cuerpo/ pasar por todo una vez, una vez solo y ligero/ligero siempre ligero/Que no se acostumbre el pie a pisar el mismo suelo/ni el tablado de la farsa, ni la losa de los templos/ para que nunca recemos/ como el sacristán los rezos/ ni como el cómico viejo digamos los versos/ La mano ociosa es quien tiene más fino el tacto en los dedos/ decía el príncipe Hamlet, viendo como cavaba una fosa y cantaba al mismo tiempo/un sepulturero/ No sabiendo los oficios, los haremos con respeto/Para enterrar a los muertos como debemos, cualquiera sirve, cualquiera…menos un sepulturero/ Un día todos sabemos hacer justicia/tan bien como el rey hebreo la hizo/ Sancho el escudero y el villano Pedro Crespo/ Que no hagan callo las cosas/ ni en el alma ni en el cuerpo/ Pasar por todo una vez, una vez a solo y ligero/ligero, siempre ligero/ Sensibles a todo viento y bajo todos los cielos/ poetas, nunca cantemos la vida de un mismo pueblo/ni la flor de un solo huerto/Que sean todos los pueblos y todos los huertos nuestros”.

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