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POLÍTICA Y CULTURA

Eran héroes, soldados de la Patria y del decoro

El empleo de más de alrededor de 1,200 efectivos combinados de las instituciones militares y de tanques de guerra contra el Hotel Matum, desde las nueve de la mañana del 19 de diciembre de 1965, hasta las cuatro y treinta la tarde, disparando con toda clase de armas con la finalidad de exterminar a los constitucionalistas, que allí se habían reunidos luego de asistir a la celebración de una misa por el alma del coronel constitucionalista Rafael Tomás Fernández Domínguez, demostró la inoperancia e ineficacia del ejército y de los oficiales que dirigieron esa acción.

A esto hay que agregar el empleo de tanques de guerra que fueron inutilizados por el empleo de granadas anti tanques disparadas por los constitucionalistas.

Con breves intermedios de tregua, la lucha se incrementó cuando las tropas militares lanzaron el ataque final, en medio del asedio al emblemático establecimiento hotelero, siendo rechazados y averiadas varias máquinas de muerte.

La cifra oficial de soldados muertos dadas internamente por organismos oficiales del ejército y admitidas por el presidente provisional Héctor García Godoy, hablan de alrededor de 79 bajas de soldados muertos y más de 100 heridos, mientras del sector constitucionalista se reportaron tres bajas, entre ellas la del coronel Juan María Lora Fernández, héroe de la Patria.

La idea del resultado de aquella agresión ruin, situó en ridículo los Acuerdos de Paz firmados por el Gobierno constitucionalista y la Comisión Ad Hoc de la Organización de Estados Americanos (OEA) del 3 de septiembre de 1965, que puso fin a al conflicto, acuerdos mil veces violados y transgredidos por la canalla golpista que derrocó el Gobierno constitucional y democrático de 1963 presidido por el profesor Juan Bosch.

La intervención de la llamada “Fuerza Interamericana de Paz”, subterfugio jurídico para encubrir la violación a los tratados internacionales, que tradujo la invasión unilateral de Estados Unidos en el país el 28 de abril de 1965, se produjo para lograr el cese al fuego ante la posibilidad de la entrada de los constitucionalistas a Santiago en horas de la noche, y la toma de esta ciudad, ante la desmoralización de la fuerza militar por su impotencia para enfrentar y diezmar a los constitucionalistas.

La batalla del Matum del 19 de diciembre, fue la última escaramuza de los constitucionalistas contra la vieja claque corrupta y desmoralizada de los golpistas de 1963.

El país se movilizaba de confín a confín, en todas las provincias y en la ciudad de Santo Domingo, masas enardecidas en su impotencia, clamaban por la solidaridad con los constitucionalistas acorralados en Santiago, ignorando que allí, en el histórico hotel Matum, Caamaño y Montes Arache, aniquilaban los intentos de agresión y ponían a huir en desbandada a las tropas agresoras, escribiendo otra página de gloria en la historia dominicana.

Pasarán los ciclos la cronología histórica de las luchas democráticas del pueblo dominicano, y cuando se relaten esos períodos, se consignaran los nombres de los constitucionalistas, esos soldados del bien y el decoro en la reciedumbre moral de hombres como Caamaño, Montes Arache, Lora Fernández, Fernández Domínguez y tanto caballeros de la libertad, envueltos en la bandera tricolor de la Patria de febrero de 1844, de agosto de 1865 y de abril de 1965.

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