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El servicio de Internet nacional se llama Claro

La accesibilidad a Internet ha venido a ser un indicador de desarrollo inclusivo. Un anclaje postmoderno que la sociología del poder y la Gestión Pública invocan generalmente bajo el término “brecha digital”. En tal dimensión ha devenido en foco de atención de las políticas públicas y, en consecuencia, objeto de iniciativas focalizadas en aumentar la accesibilidad, implementando acciones y destinando recursos económicos, tecnológicos y humanos que contribuyan a facilitar la participación de todos en el ciberespacio.

Tal enfoque re-adquirió relevancia capital durante la crisis de salud, cultural y económica causada por la pandemia de la Covid-19 porque ante los “lockdowns” o cierres de emergencias de fronteras, negocios, establecimientos de todo tipo y los confinamientos, la Internet se constituyó en la vía de mantener el contacto, aunque virtual y remoto, entre familiares, relacionados, compradores y suplidores.

El Banco Central Europeo lo consigna claramente al colocar en el foco de su atención el crecimiento de consumo de Internet (navegación) en la portada de su recientemente despachado informe “Transition Report 2020-2021” ya que para ellos y en esa zona geográfico-económica el período en cuestión se caracterizó por la actualización de los sistemas con un resultado: la distribución del dividendo digital: los corredores que compiten en la pista también están conectados, inmersos en las pantallas de sus teléfonos inteligentes.

El Banco Europeo dice haber acopiado información de “fuentes enriquecidas de datos” y que mediante esta introdujeron un “nuevo índice de transformación digital”, proporcionando “una visión general de las brechas digitales a través de y dentro de los países” bajo su lupa.

La expansión de la Internet ha sido impresionante. Según datos de websitesetup.org, de 7.83 billones de personas habitando el planeta, 4.66 billones (59.51%) están activos en Internet. El mayor número de usuarios está en Asia (51.8% del total mundial), 14.8% en Europa, 12.8% en África, 9.5% en América Latina y el Caribe, 6.8% en Norte América…

Comparando los datos del 2020 y 2021 sobre este hecho, resulta que la población activa en Internet aumentó 0.51%, impulsada por el crecimiento de usuarios asiáticos (+1.5%) y africanos (+1.3).

Una expansión que está siendo posible gracias a los teléfonos móviles. Según Statista.com, ya superan los 4.28 billones, 54.66% de la población mundial estaría conectada a una media de 15.4Mbps, donde Canadá lidera en velocidad de conexión con 59.6 Mbps.

En el precitado informe, el Banco Europeo afirma que el nivel de digitalización está estrechamente relacionado con el desarrollo general de las economías y sorprendentemente encontró que sólo el 21% de los adultos de la zona euro realizan compras en línea, -31% comparados con los ciudadanos de las llamadas “avanzadas economías”, pese a que el 94% de las firmas usan la Internet y el 71% poseen un sitio web. De este concepto de “economías avanzadas” están marginadas —paradójicamente— algunas de la zona euro.

La República Dominicana se registra un proceso similar. Según el Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel), a Agosto del 2021, el acceso a internet creció +0.67%, alcanzando 9.18 millones de cuentas, iguales al 87.42% de la población dominicana proyectada para el año 2021 por la Oficina Nacional de Estadísticas (One). Significa que el crecimiento local de las conexiones activas a Internet fue +0.16 puntos porcentuales que la media global.

De estos nuevos suscriptores, Claro Dominicana captó el 98.3%, mostrando dos aspectos: primero, el fuerte y ajustado a los paradigmas, realidades y necesidades locales del mercadeo de los productos de Claro y, segundo: la robusta preferencia del mercado local por esta empresa, para satisfacer sus necesidades de telefonía, incluyendo servicios de conexión a Internet.

El liderazgo de Claro Dominicana también se reproduce en el número de líneas fijas (72%), de líneas totales (62.47%) y de telefonía móvil pre y post pago (61%), segmento en el que supera en casi cuatro quintos (83%) a su competidor más cercano.

Aunque, como en todo mercado, los consumidores esperen más de los suplidores de los bienes y servicios que adquieren, incluyendo, obviamente, a los clientes fieles o nuevos de Claro.

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