OTEANDO
Los Castillo Semán y el muro
En la República Dominicana no creo que aparezca nadie que pueda regatearle a la familia Castillo Semán, y específicamente al colectivo político que encabezan, Fuerza Nacional Progresista, el hecho de haber sido los que con más vehemencia han luchado por educar el país en el conocimiento de la realidad haitiana: de Haití como país, como nación y como Estado; pero mucho menos, regatearle el hecho de haber sido los más preocupados por la puesta en práctica un sistema de gestión integral de nuestra política exterior respecto a ese país que incluya las perspectivas política, demográfica, migratoria y comercial. Los Castillo Semán, contradictores tradicionales del paradigma orientador de nuestra relación con Haití, se han empeñado a fondo en el estudio de ese país: de sus raíces antropológicas, sus niveles de educación e instrucción, su economía y, sobre todo, de su evolución política, si alguna. Pero, como los dominicanos solo tenemos, para hacer valoraciones, por único instrumento, nuestras preferencias partidarias, hemos sido mezquinos para reconocer y apoyar públicamente lo que proviene de un partido minoritario, por más acierto que tenga. Los Castillo Semán, previendo muchas de las cosas que estamos viendo hoy -y las que nos faltan por ver si seguimos por el mismo derrotero-, tienen más de una década proponiendo la construcción de un muro de seguridad entre la República Dominicana y Haití. La propuesta les ha hecho ganar los títulos de racistas y xenófobos, al tiempo que al muro propuesto se le ha rotulado como “muro de la vergüenza”, sin importar que en el mundo haya más de una veintena de países que, sea para luchar contra el terrorismo, contra la inmigración, contra el narcotráfico, contra el contrabando o hasta por razones de pacificación lo hayan construido.
Hoy, aunque de modo mezquino se quiera decir que el problema haitiano es un pseudoproblema inventado por el gobierno para, mediante el ejercicio de un nacionalismo populista agenciarse la estima de los dominicanos, todos sabemos que dentro de cada uno de nosotros está latente la preocupación por la inseguridad que representan más de trescientos kilómetros de “frontera” con un país que desde hace mucho no es tal. Por todo lo anterior quiero decir que, aunque nunca llegara a pertenecer a la FNP y, por muy contestatarios que a muchos les luzcan los Castillo Semán, su propuesta de un muro de seguridad se impone más que nunca y debemos ponerle atención.