EL BULEVAR DE LA VIDA
Un tuit humano, muy humano
El tuit de la primera dama Raquel Arbaje no habrá sido correcto, pero fue humano; y quien esté libre de esas culpas que lance sus primeras piedras. Yo tengo las mías.
En 2003, una niña de la edad que entonces tenía mi Paola mayor, Amanda, M. Torres, fue brutalmente violada. Mi imaginación voló y entonces, como declama el Indio Rómulo, “se me fue el sentido, me tapó una sombra”, y en minutos escribí un bulevar refiriéndome al autor del hecho, que una pregunta resumía: “Pero, ¿ y está vivo todavía?”. En el próximo artículo pedí excusas.
Años después, un tipo llegó a la casa de mis padres, se hizo pasar por antiguo estudiante de ambos, y logró apropiarse de parte de las joyas de doña Yolanda, incluido su anillo de bodas, 30 de junio de 1950.
Si mi padre hubiese intuido el engaño y hubiese reaccionado, la desgracia hubiese sido inevitable.
Se llamó a la dirección provincial de la Policía que entonces comandaba un amigo de la familia, el general De la Cruz Martínez. (EPD); y contándole cómo ocurrieron los hechos, pensando en su anillo de bodas y en el peligro al que habían estado expuestos, doña Yolanda se fue en llanto. ¡Ay!
Pero resulta que un hijo nunca está preparado para ver llorar a su madre sin que se le caiga el mundo encima, sin que el mismísimo señor diablo lo invite a cenar en el infierno, y otras vez “se me fue el sentido, me tapó una sombra”.
Sólo recuerdo que humedecida la mirada y contenida la rabia, yo sólo le decía al general amigo, “De la Cruz, está bien, pero no lo apresen, no, yo solo necesito que me ubiquen al ladrón que pudo ser el asesino de mis viejos. No. No lo apresen”.
Gracias a Dios, la Policía apresó al ladrón, hizo lo que tenía que hacer con la ley en la mano, pero De la Cruz Martínez nunca me lo informó.
Por las tantas “primeras piedras” que he lanzado, pienso que si bien el tuit de la primera dama no fue correcto, fue humano, muy humano. Y precisamente, ser humana y auténtica, sin poses ni dobleces, es algo que ha sorprendido a quienes no la conocían.
Raquel Arbaje ha sido el secreto mejor guardado y la mejor noticia de todo el gabinete de gobierno. ¡Qué poca cosa somos sin alma!