Más que oro y miel

“Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; y dulces más que la miel, y que la que destila del panal” Salmo 19:10. El salmista David emplea dos metáforas a fin de valorar los efectos salvíficos de la Palabra de Dios. Asimismo usa seis sinónimos de la Biblia, entre los cuales están los juicios. Esos preceptos o mandamientos de Dios son los que superan todo el poder del oro afinado. También sobresalen –con su dulzura– a la más pura miel. Esa Palabra santa convierte el alma. Hace sabio al sencillo, alumbra nuestros ojos, alegra el corazón. Más allá de su belleza literaria, nada sobrepasa a la Palabra de Dios, cuyos resultados son verdaderos y eternos.