Algo debe hacerse

La Junta Central Electoral señala por boca de su presidente que “pocos candidatos” entregaron su informe de gastos de campaña, ahora que la Procuraduría revela el financiamiento del narcotráfico.

Y lo dice con una frescura que sorprende en estos días de calor, como si la falta fuera de los otros y no suya, que entregó el certificado de elección sin recordar el requerimiento pendiente. El diputado electo, ahora en funciones, y el alcalde que asumió, se sintieron “tigueres gallos”, pues lograron el propósito violentando mecanismos y desconociendo los protocolos. Culpas de los beneficiarios, de los partidos y del tiempo, pero no del organismo de elecciones, cuyas facultades se ejercen de acuerdo a un código pardo.

Esto sí, aquello no.

Si la JCE hubiera insistido, el escándalo del financiamiento artero e indebido hubiera estallado antes, pues ella tiene responsabilidades, y en el caso que ocupa, mayores y primeras que la Procuraduría.

Ese faltar a las obligaciones es una de las grandes fallas, pues se menciona ahora al órgano de elecciones, pero lo mismo ocurre con la rendición de cuentas a la entrada y salida de un puesto público. Un relajo, una burla, y el gato lleva cascabel, pero se le deja andar por la casa y no afecta su conducta ruidosa, ofensiva. La ley dirá lo que diga, pero siempre será igual, ya que ni lo oficial ni lo oficioso llenan el cometido. ¿Por qué los partidos no exigen a sus candidatos que entreguen ese informe a la organización, y esta a su vez lo reenvía a la Junta Central Electoral?