Oniomanía, placer moderno muy costoso

El comprar forma parte de nuestra vida. Vivimos en un mundo consumista que mires donde mires te presentan un producto aparentemente necesario e indispensable para nuestra vida.

Si nos llevamos de esto y más en estos tiempos, que desde la comodidad de nuestro hogar con una tarjeta e internet podemos comprar sin parar, nos convertiríamos en compradores compulsivos, o lo que sería adictos a las compras (oniomanía).

La oniomanía se define como el deseo compulsivo de comprar sin una necesidad real, “comprar por comprar”.

Se estima que alrededor del 3% al 7% de la población a nivel mundial padece este problema y que está relacionado con trastornos depresivos, de ansiedad y baja autoestima.

Es más presente en el sexo femenino, un 80%, según algunos estudios cuestionables, ya que algunos autores hablan que la mujer al parecer reconoce con mayor frecuencia dicho problema, al contrario de los hombres, por lo que puede existir aparentemente una estigmatización de esta problemática para el sexo masculino.

Por norma general suele iniciar cuando tenemos independencia económica, al inicio de la vida laboral, es decir, después de los 20 años aproximadamente, existiendo también un patrón familiar, “aprendo lo que veo”, “repito patrones”.

Generalmente esta acción se suele realizar en soledad por la culpabilidad que sienten estos pacientes.

Existen cuatro etapas de este problema conductual:

Te anticipas: Piensas lo que quieres, te convences que lo necesitas y te preocupas por todo el proceso de compra.

Te preparas: Llega el momento de decidir, cuándo y hasta cómo ir o en qué comento del día si estás en casa a solas. Averiguaciones del producto de posibilidades de dónde comprar al mejor precio. En esta etapa es importante identificar los sentimientos y es el momento donde generalmente se toma la decisión de continuar o no con la compra. Te vas de compras: Ya con el artículo en la mano se experimenta un alivio, satisfacción personal y placer, que muchos pacientes incluso la definen como “orgásmica”.

Y compras/gastas: Ya pasado ese placer, aparece la culpabilidad, decepción personal y pensamientos autodestructivos, sensación de fracaso.

Estas etapas son importantes de identificar para poder reconocer el problema, aceptarlo y poder buscar una solución a esta problemática conductual que puede poner en peligro varios factores, como son economía familiar, autoestima, entorno social, agudizar trastornos como la ansiedad o la depresión.

La conducta de compra compulsiva suele estar relacionada con sentimientos de soledad, tristeza y frustración. Por esto es importante pedir ayuda porque puede que estés pidiendo acompañamiento por otro proceso existencial no resuelto.

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