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CONTANDO LOS HECHOS

Haití, presente y futuro

La semana pasada, mi artículo sabatino trató sobre un fideicomiso, como la única solución viable para la gobernanza y el desarrollo de Haití. Después de la publicación llamé a un distinguido ciudadano haitiano que convive con nosotros en el país para escuchar su opinión sobre mi planteamiento. Me dijo que le parecía interesante, pero que no estaría de acuerdo con su aplicación porque interferiría con la condición de Estado soberano de su país. Me dijo que estaría de acuerdo con un plan de desarrollo en el que los donantes y contribuyentes tuvieran presencia de acompañamiento, junto a las autoridades, para el logro de los propósitos.

El presente de Haití hoy en día está marcado por el magnicidio del presidente Jovenel Moise, recién ocurrido. El cuadro actual presenta una compleja madeja de posibilidades sobre las personas responsables tanto de la planificación, el financiamiento y la ejecución del horrendo crimen. La multiplicidad de actores a la vista, a saber, los miembros de la guardia presidencial, los sicarios colombianos contratados, y los potenciales empresarios y políticos que se señalan, indudablemente que a través de sus testimonios en interrogatorios, habrán de señalar las pistas que finalmente conduzcan al pleno esclarecimiento. Por si esto fuera poco, la primera dama hoy viuda Moise, con la recuperación de su salud habrá de dar el puntillazo final para el necesario esclarecimiento del crimen físico.

Una vez se esclarezca lo del magnicidio, Haití deberá entrar en el proceso de sus próximas elecciones.Estas, tampoco serán fáciles, como no lo han sido las otras elecciones recientes. Queda la definición de lo que podría ser el futuro de Haití. ¿Continuarán las mafias, los grupos gansteriles, la corrupción con su impunidad que ha acompañado a los que detentan el poder? o logrará Haití a través de lo más valioso de sus mejores ciudadanos encontrar la fórmula que los dirija a un más auspicioso y favorable destino.

Parece que ha llegado el tiempo en que los mejores hijos de Haití se reúnan, discutan y planteen el plan del nuevo camino que mejore las condiciones de vida de un pueblo que desde que nació ha estado mereciendo algo mucho mejor.

Todo lo que nosotros los dominicanos podamos hacer, en pos de ese objetivo deberemos hacerlo. Lo que resulte bueno para Haití habrá de resultar bueno para República Dominicana.

¡Buena suerte!

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