Justicia divina

“Dios es juez justo, y Dios está airado contra el impío todos los días (Salmo 7:10-11). Dios es el juez justo, porque da a cada uno según sus obras, conforme a lo establecido en Su palabra.

Salva a los rectos de corazón, que le buscan por la fe en Jesucristo, pero castiga a los malvados.

Cuando Dennis Lee Curtis, un buscado ladrón, fue arrestado en 1992 en Dakota del Sur, la Policía halló en la cartera del criminal una hoja donde había escrito sus normas personales para cometer delitos.

Entre otras, decía: “No mataré a nadie a menos que sea necesario”, “...no pondré en peligro la vida de civiles inocentes”, “Disfrutaré robándoles a los ricos para darles a los pobres”.

Este ladrón tenía cierta dosis de bondad, pero esta moralidad era imperfecta. Ante la corte, no lo juzgaron por sus propios principios, sino por la ley estatal. Asimismo, el Dios justo no nos juzgará por nuestras normas personales o sociales, sino por su perfecta ley.