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Del “cese de plataformas impresas” a la recargable vitalidad de los impresos: Gutenberg potenciado (y 2)

Dado que al influjo de las marcas las plataformas y los medios terminan siendo caracterizados, determinar sus perspectivas de sobrevivencia, estado de situación e impacto a futuro puede resultar de un objetivo análisis FODA, cualitativo cuantitativo, sobre el entorno mediático. Así, desde la comprensión cabal de las marcas se podría comprender y prever mucho del “arrastre” o de la “erosión” que el tránsito desde las versiones impresas a las digitales solas o al impreso/digital produciría en los medios durante los planificados procesos de su adecuación al entorno tecnológico dominante y sus respectivos mercados.

Recordemos que en el caso de paso de impreso a digital solo se han comprobado resultados poco deseables e, incluso, pérdida, así de simple, de segmentos de lectores.

Decimos que la posibilidad de atraer/perder lecturas durante la adecuación de impreso a digital y durante el periodo posterior ha sido, hasta ahora, registrado como un fenómeno predecible, relacionado cuasi directa y proporcionalmente al valor de la marca madre.

Esta fuerte incidencia de la marca sobre los resultados de la adecuación también se ha verificado en los casos en que figuras públicas —presidentes de naciones, instituciones públicas de roles relevantes, estrellas del cine, del deporte, la música, el espectáculo y otros—, decidieron mantener o crear presencia en Internet mediante blogs, sitios webs y revistas o periódicos, además de constituirse en sus propios voceros a través las redes sociales.

Dentro de la propia Internet ocurren otras sub segmentaciones de mercados y lectores, derivadas del tipo de plataforma desde los cuales se emite y accede a los medios. En naciones como Estados Unidos, el consumo noticioso es preponderantemente mediante dispositivos de escritorios, un hecho derivado de los altos niveles de ocupación que reportan las estadísticas laborales. La mayoría de los trabajadores no acceden a Internet durante el horario laboral, algo que sí hace el numeroso personal de secretarias, asistencia, servicio al cliente, ejecutivos y otros cuyos trabajos implican interactuar con ordenadores de modo más o menos permanente.

Este aspecto es tan relevante que a su comprensión y verificación ha venido a agregarse una determinada incidencia de las percepciones sociales y tecnológicas en la predicción del consumo noticioso, según Zhao Peng y Serena Miller (2021).

Generando, como consecuencia, una especie de ética rigiendo el consumo comunicacional.

Ha quedado relativamente establecido que el factor determinante de las diferencias de penetración de la Internet y del consumo de contenidos a través de las plataformas digitales ante otras plataformas, ha venido a ser la facilidad de acceso, un factor de gran peso en el mercadeo de bienes y servicios. Al respecto, ya hemos consignado que el precio de venta en estanquillo y suscripciones de los medios impresos han venido a sumarse, quizás como principales, a los ya condicionados por la cultura y la educación.

Definitivamente, sin embargo, serán la gratuidad, la inmediatez, la disponibilidad global y la portabilidad los factores que continuarán acreditando las posibilidades crecientes de preferencias para las plataformas mediáticas, un aspecto en el que la Internet es predominante y gracias al cual las opciones digitales tienden a superar a la televisión.

Otro factor no ponderado es la persistencia temática. Deriva de la capacidad de los sitios web de almacenar y mantener disponibles contenidos por mucho más tiempo. Esta opción adquiere relevancia para los consumidores de contenidos menos coyunturales, quizás los más abundantes al estar integrados por profesores, artistas, intelectuales, estudiantes, investigadores, gestores y, en fin, consumidores interesados en información sobre todo tipo de actividad que le permita ampliar sus saberes, encontrar respuestas y soluciones a sus inquietudes/necesidades cotidianas.

Este segmento, cuyos niveles de curiosidad o necesidad de información relevante son altos, son también los de mayores ingresos, ubicándose generalmente entre el tercer y quinto quintiles de ingresos de las economías.

Paradójicamente, además de constituir los segmentos sociales de mayor capacidad de demanda, también son los más proclives a un consumo cualitativamente diferenciado y de función ostensible. Esto los constituye en reales y potenciales segmentos que definen la persistencia reportada de las plataformas impresas de medios de comunicación y el futuro promisorio de las suscripciones.

El resonante éxito —entendido como aumento de circulación y de ganancias económicas— que, incluso en medio de la pandemia de la Covid-19, han reportado publicaciones impresas especializadas, constituye un claro ejemplo de que no hay un desplazamiento de los medios impresos sino de aquellos de contenido coyuntural, de entretenimiento o netamente noticioso.

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