Los jóvenes, las próximas víctimas

Mañana 31 de mayo se celebra el Día Mundial sin Tabaco, con el lema “Comprométete a dejarlo durante el Covid-19”.

El objetivo fundamental de este día es crear conciencia sobre los efectos nocivos que produce esta práctica tanto a los fumadores como a los que están expuestos al aire contaminado (fumadores pasivos).

La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) recuerda que “las personas que fuman en espacios reducidos exponen a los demás a más de 60 sustancias cancerígenas. El caso más preocupante es el de niños y lactantes, mucho más vulnerables a los venenos del tabaco; inhalan más toxinas y les resulta más difícil eliminarlas”.

Esta epidemia, evitable, mata mundialmente a ocho millones de personas cada año, de las cuales siete millones se deben al consumo directo de tabaco y 1,2 millones son consecuencia de la exposición al humo ajeno y 65,000 niños mueren cada año por enfermedades atribuibles al humo generado por otros, ya que este aumenta las probabilidades de muerte súbita del lactante entre otras enfermedades letales.

El consumo del tabaco mata, sea cual sea su presentación, forma, dispositivo.

Debemos proteger a nuestros jóvenes de esta manipulación que existe sobre los “nuevos dispositivos”, porque al final son igual de adictivos y perjudiciales para la salud, y que por supuesto contienen nicotina, que es la sustancia adictiva que nos impulsa al consumo.

Consumir tabaco con pipa de agua o narguile (Hookah) es perjudicial para la salud y ahora más que nunca con la situación sanitaria que vivimos en la actualidad con el Covid-19. El compartir estos dispositivos aumenta las probabilidades de contagios.

¿De verdad pensamos que la industria fabricará un “aparato” para su propia disolución?

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) proclama: “Alcemos la voz, se ha revelado el secreto. Si su producto mata a ocho millones de personas cada año, usted buscaría una nueva generación de clientes”.

Si estás decidido a dejar de fumar en cualquiera de sus presentaciones, fíjate un día para dejar el hábito, se consciente de por qué lo haces y enfócate en hábitos de vida saludable.

Tienes que deshacerte de los cigarros y todo aquello que te recuerde ese hábito, por ejemplo, los ceniceros.

Identifica los momentos que tienes asociados con el fumar para que puedas implementar otras actividades en beneficio de tu salud.

Y por supuesto procura ayuda profesional para que te acompañen en este proceso, a fin de aplicar estrategias que te ayuden a dejar el hábito del consumo del tabaco.

Pide ayuda y ofrécela desde el respeto, ya que es fundamental para el paciente.

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