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El aprendizaje es insuficiente al leer en dispositivos del universo Kleinrock

Celebramos que el Ministerio de Educación haya anunciado que en el proceso educativo nacional para el año lectivo por iniciar, se incluirán textos en libros y digitales, como indicamos en la entrega anterior que recomendaban los especialistas del aprendizaje.

En esa entrega expusimos varias conclusiones del ensayo de Pablo Delgado y Ladislao Salmeron (2020) publicados en “Aprendizaje e instrucción”, volumen 71, diciembre 2020.

Tal estudio incluye otros aspectos importantes, determinados al definir el efecto generacional en los aspectos involucrados en la lectura y la comprensión de textos leídos en estos medios diferentes.

Ponderadas mediante la “g de Hedges”, la variable efecto generacional sobre la efectividad lectora fue -21 para en el universo Kleinrock frente a la galaxia Gutemberg, desempeñando un importante rol ya que, según los autores, este “efecto medio aumentó 0.01 puntos cada año entre 2001 y 2017 (es decir, cuanto más recientes son los estudios, mayor es la inferioridad en pantalla)”.

Este efecto, según mediciones de Delgado et al (2018) varía de −0,21 a −0,32, y su relevancia “en el campo de la comprensión lectora (…) representa aproximadamente 2/3 del crecimiento anual en la comprensión lectora durante la escuela primaria, según Luyten, Merrel y Tymms, 2017.

Otro campo en el que se verifica superioridad de la galaxia Gutemberg frente a las lecturas realizadas en las pantallas del Universo Kelinrock es en la profundidad. Así, Partiendo de Annisette & Lafreniere, 2017, los autores sostienen la hipótesis de que los diferentes grados de profundidad verificados en las lecturas en estos medios diferentes explica la inferioridad de comprensión en pantallas. Explican que “Esta hipótesis considera que la experiencia cotidiana y masiva de leer en medios digitales promueve una forma superficial de relacionarse con la información textual”.

Esta sola afirmación llevaría a considerar lo que proponemos: observar que se ha desarrollado un hábito específico y característico de interrelación con los dispositivos digitales, una cultura ante lo digital.

De donde resalta lo indicado por Baron, 2015 y Wolf, 2018: una de las principales preocupaciones respecto al impacto de la digitalización en el procesamiento de la información es la disminución de la capacidad para concentrarse en la tarea”, es decir de profundidad en la tarea lectora-comprensiva.

Una cultura, en fin, resultado de la progresiva superficialidad.

A ello también contribuyen estrategias lectoras como el zapping —ya mencionado— y el “skimming” y “scanning”, acto de leer por la superficie, buscando lo de interés mediante escaneo, y mientras se realizan multitareas. Esta última no necesita explicación dado que las pantallas de los dispositivos digitales son multi-herramientas, desde la ofimática a las de interés, interferidas ambas por la conexión a Internet (comunicaciones y redes sociales).

¿Estamos, pues ante un resultado paradojal: a mayor eficiencia y diversidad utilitaria del medio de lectura, menor profundidad, mayor déficit metacognitivo y menor comprensión a causa de lecturas desatendidas?

No es todo. Todavía hay algo que lo empeora: ante los dispositivos digitales los lectores desarrollan un exceso de confianza en su propio desempeño (Ackerman & Lauterman, 2012), quizás al asumir las pantallas desde una actitud lúdica o como fuente de respuestas rápidas (Sidi et al., 2017), por lo que proponemos denominar esta variable el “efecto juego” sobre la calidad lectora.

Por tales motivos, el saldo de tales incidencias es lectura desatendida, bajo índice de comprensión, menor nivel de profundidad del saber adquirido.

A estas agregan un registrado déficit en el monitoreo metacognitivo. Es decir en uno de los procesos de controlar el pensamiento para entender y discernir con exactitud y en el momento de la acción lectora cuáles recursos y estrategias se están eligiendo y activando para aprender o solucionar el problema que motiva la tarea de leer.

Los autores encontraron que “Potencialmente, la relación entre un déficit de monitoreo metacognitivo y la lectura desatendida cuando se lee en la pantalla puede ser bidireccional. Por un lado, una menor atención en la tarea podría dificultar el monitoreo, ya que la ocurrencia de períodos fuera de la tarea evitará que los lectores juzguen con precisión su nivel actual de comprensión. Por el contrario, el exceso de confianza en el nivel de comprensión de uno podría liberar recursos cognitivos que podrían dedicarse a deambular por la mente (Smallwood & Schooler, 2006). Cualquiera que sea la naturaleza de esta relación, las dificultades en la gestión del tiempo como consecuencia de la disminución de la atención en la tarea y el déficit metacognitivo mencionado conducirán a un aumento de la confianza excesiva en el desempeño de uno, especialmente bajo limitaciones de tiempo.

Sobradas razones para valorar como socialmente imprescindibles aún los recursos de la galaxia Guttemberg en los procesos de lecturas orientados a lograr la comprensión detallada, profunda y duradera de la información.

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