ORLANDO DICE
La mala maña
Todos andan haciéndose como que no sabían nada de que el narco andaba por la calle principal desafiando con pistolas al cinto como Ok Corral. O alegrándose de lo que suponen mal ajeno.
La verdad que todos sabían, incluyendo los organismos de inteligencia y seguridad del Estado y los órganos públicos, que evitan los problemas cuando provienen de designios superiores.
Los narcos dominicanos respetan el terreno de la política y no halan para lo hondo a quienes sacan su comida aparte.
Los guardan y resguardan como socios estratégicos, por si un día llegan y lo puedan necesitar. El valor agregado de Corleone era que tenía policías, jueces y legisladores como calderillas en el bolsillo.
El único que rompió la regla del silencio en relación con los políticos fue Quirino, y ya se sabe el resultado: todos vieron el peligro y so
corrieron con otro silencio a la “víctima” de la indiscreción. Aun cuando la planta de emergencia sigue supliendo luz en caso de apagones.
Se les pide a las autoridades que actúen de oficio cuando se trata de funcionarios o ex funcionarios que se creen corruptos, pero no contra personajes que se dedican al tráfico.
El rumor público tiene sus límites, o los riesgos son enormes, pues las mafias no reaccionan acudiendo a los tribunales, sino usando procedimientos más expeditivos.
Aun cuando se nota que, en el caso del diputado detenido en Miami, existen elementos nuevos, o por lo menos mayor empoderamiento tanto del gobierno nacional como del norteamericano, no se esperan ni temen ocurrencias extraordinarias.
Las consecuencias políticas de las extradiciones siempre se quedan a deber, y por alguna razón las agencias de Estados Unidos no quieren afectar el establecimiento político dominicano.
Solo permiten la repercusión emotiva Quitan visas a las escoltas, a los asistentes, pero respetan al principal. Y no es que haya sociedad o complicidad, pero la cercanía facilita el negocio, sin la colindancia no sería posible.
Un día, porque todo es hasta un día, pedirán y extraditarán un político de alcurnia, de importancia, y se acabará la doble cama de la ¨mala maña¨.