Andaluces pasados por África

Como siempre he afirmado convencido que los dominicanos somos andaluces pasados por África, a modo de advertencia y porque considero que puede ser de gran utilidad para la marcha de nuestra democracia, -en un momento de una pandemia que va y viene y un pacto fiscal inevitable-, a continuación paso a compartir con ustedes algunos hallazgos del reciente Eurobarómetro en su capítulo dedicado al España, elaborado por la Comisión Europea y presentado el martes en Madrid.

Puede ser de un alto valor didáctico para nuestra partidocracia reinante y nuestras élites económicas saber que el 90% de los españoles desconfía de los partidos políticos y de los medios de comunicación de su país, y muy especialmente de las redes sociales, la internet, la televisión y finalmente de la prensa escrita.

Pero hay más: El 83 % de la ciudadanía española afirma que a menudo encuentra en los medios noticias que, en su opinión, distorsionan la realidad o las consideran directamente falsas. Para el 85% la desinformación es un problema para el país y la democracia en general.

El asunto va de mal en peor, pues en el sondeo prácticamente todas las instituciones de la democracia son duramente criticadas… lo que explica en parte el avance del populismo fascista y franquista en España.

Entonces, como los dominicanos somos hijos de Lemba y nietos del Quijote, más nos vale prestar atención a nuestra democracia en apuros, pues los resultados del más reciente Latinobarómetro andan por la misma peligrosa vía.

En todo Occidente, cada vez es mayor la decepción de los ciudadanos hacia la política y sus instituciones entre otras razones porque el Estado nacional es cada vez más incapaz de dar respuestas a los reclamos de los ciudadanos de un mundo globalizado.

Lo ocurrido con el Covid- 19 conver t ido en pandemia es el mejor ejemplo, pues si el virus es global es imposible pretender superar sus efectos mediante soluciones locales. Como advirtió el reverendo Luther King, a la democracia como al coronavirus, unos llegaron en yola y otros en yate, pero todos estamos montados en el mismo barco.

Lo peligroso de todo lo que está ocurriendo en Occidente, no es solo que los ciudadanos están dejando de creer en la democracia, (lo que es muy grave), sino que, al hacerlo, están dispuestos ya ven, ¡ay!, a creer en cualquier cosa; en Donald Nicolás Bolsonaro Ortega, alias, Chapita, por ejemplo.