CONTANDO LOS HECHOS
6 de enero en USA, ¿Golpe de Estado?
Nuestros medios de comunicaciones nos tenían acostumbrados a que cuando se producía un golpe de Estado se podía apostar a que había sucedido en Latinoamérica, en África o en Asia.
Era casi imposible pensar en el término “Golpe de Estado” cuando hablábamos de los Estados Unidos de América. Eso acaba de cambiar.
Un análisis ponderado de señalamientos y acciones que ocurrieron desde un año antes de las elecciones del 3 de noviembre del 2020, parece indicar que ciertamente hubo una intención, un propósito y un accionar que preparara el terreno para cambiar el resultado final de esas elecciones si las cosas no salían como el gobierno esperaba.
Veamos: El presidente Trump comenzó a señalar desde bastante temprano que no había manera de que él pudiera perder las elecciones de noviembre a menos que se articulara un proceso amañado por los demócratas para engañar a todo el pueblo norteamericano. Repitió ese mensaje y sus seguidores terminaron creyendo que ciertamente esa sería la realidad.
Cuando comenzaron a conocerse los resultados, especialmente en aquellos Estados de gran expectativa, la Casa Blanca argumentó que todos esos resultados eran fraudulentos e inició un proceso de reclamos judiciales que fueron llevados a las Cortes de Justicia, incluyendo la misma Suprema Corte y todos fueron rechazados por falta de pruebas.
El tiempo proseguía y se acercaba al 6 de enero, la fecha en que el Congreso debía conocer y ratificar los resultados finales de esas elecciones. El presidente Trump llamó al Secretario de Estado de Georgia, para reclamarle que buscara la manera de encontrar aunque fuera un solo voto más para cambiar el resultado de ese Estado. No tuvo éxito.
Ya a una semana del 6 de enero, se sabía que se preparaba una marcha hacia el edificio del Capitolio, sede del Congreso, para protestar por el resultado conocido y reclamar que Trump debía permanecer en el poder. Trump proclamó que el 6 de enero sería un día como el del juicio final, donde se pagan todas las deudas y compromisos y se resuelve todo lo pendiente.
Había requerido de su vicepresidente Mike Pence que utilizara su poder de votación en el Senado para definitivamente cambiar el resultado de la elección para que él, Trump, se quedara en el poder. El VP Pence pensaría en la repercusión histórica y no le hizo caso. Quedó frustrado el pretendido Golpe de Estado.