PEREGRINANDO A CAMPO TRAVIESA
Antonio Fernández y las revoluciones atlánticas
Desde septiembre de 1967, año de mi primera clase de historia hasta hoy, destaca el excelente manual: Historia de las civilizaciones y del arte: Occidente de Antonio Fernández (2000, 6ª edición), regalo de la recordada colega Pilar Sedeño (con “s,”, lo recordaba ella).
Al doctorarse, Fernández fue galardonado. Durante años, enseñó historia contemporánea en la prestigiosa Complutense, dirigió los Cuadernos de Historia Contemporánea. No creo exista un estudiante español que no haya leído alguno de sus manuales de historia.
El doctor Fernández estudia las llamadas revoluciones atlánticas, refiriéndose a las colonias inglesas de la América del norte, Irlanda, los Países Bajos, Francia, Polonia y las colonias españolas de América. Son procesos enmarcados entre los años 1770 y 1850. Sacudieron “las viejas monarquías europeas” y fueron los parteros de las nuevas naciones de América. Para aplacarlos o favorecerlos hubo que surcar el Atlántico. La primera ola de estas revoluciones coincidió con “la primera revolución industrial”, la segunda, con la caída de Carlos X de Francia en 1830 y la tercera con las revoluciones de 1848, que Marx y Engels interpretaron como la inminente llegada del Mesías. Fernández apunta cómo el “modelo” de todos estos procesos se realizó en Francia.
Fernández señala tres factores conexos como causantes de estas dramáticas transformaciones:
En primer lugar, se fija en lo social: una “estructura arcaica de la sociedad, en la cual aristocracias inmóviles que se apoyan en la posesión de la tierra y se convierten en un freno para la intensificación del tráfico comercial y el desarrollo industrial”. En segundo lugar, lo ocupa el factor económico: una “cadena de crisis económicas, con alzas de precios en la Norteamérica de 1770 o malas cosechas en la Europa de los años 80”. Y finalmente, el pensamiento: “la filosofía de las luces, que pone en cuestión la desigualdad de los hombres por el nacimiento y la concentración de poder de las monarquías europeas” (Ver Antonio Fernández, (1984 1ª edición, 2006) Historia Universal. Edad Contemporánea Vol IV, Barcelona, 43).
Durante la revolución francesa (1789 – 1799) Barnave constató la relación de la insurrección francesa con otras en Europa. Fernández relaciona las revoluciones del Viejo Mundo con las del Nuevo. Todavía sorprende: primero hubo una revolución en América y luego en Francia, relacionadas y diferentes.
El autor es Profesor Asociado de la PUCMM