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¿Hora de la realpolitik?

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Cristhian JiménezSanto Domingo

El presidente Luis Abinader cerró la semana con importantes anuncios desde el Congreso Nacional que salvaron a su gobierno y al Partido Revolucionario Moderno (PRM) de una blanqueada o goleada, según la preferencia deportiva suya.

El mandatario, en su mensaje y rendición de cuentas ante la reunión conjunta de las cámaras, abarcó el aspiracional colectivo en inversiones de reactivación económica y generación de empleos, obras de infraestructura y servicios, estímulos a programas sociales, modificaciones legislativas, revisión de onerosos contratos, mejoras en control migratorio, definiciones sanitarias con énfasis en adquisición, llegada y aplicación de vacunas, entre otros proyectos y propuestas.

Las horas y días anteriores fueron de suplicio oficial ante el demoledor aumento de los precios de los combustibles (pese a la intensa lubricación mediática de vinculados al negocio) de hasta 9.5 pesos para gasolina regular y 7.20 para el gasoil óptimo y la destitución del ministro de Salud Pública en medio de denuncias de irregularidades en una licitación de jeringuillas. Plutarco Arias, posteriormente denunció una “ola de infidencia y chantaje” de “diversos sectores interesados en repartirse el presupuesto del Ministerio de Salud”.

El gobierno sacó de la chistera un polvoriento “pacto” eléctrico del año 2017, que el PRM en la oposición había rechazado y convocó a su firma sin cambiar una letra y en ausencia y desprecio de la representación social, otrora entusiasta aliada. El PLD, creador del opaco documento, rio y la Fuerza del Pueblo, nonato en aquel año, acompañó solidariamente al mandatario.

El ministro de Energía y Minas, Antonio Almonte, intentó justificar el estropicio, alegando que la antigua oposición al pacto “no fue tanto por su contenido, sino por lo que faltaba”, 12 puntos que propuso el PRM y no fueron incluidos. “Ya en el gobierno hemos iniciado la aplicación de esas mismas propuestas y por tanto firmaremos”, se reconfortó.

El senador del PRM, Antonio Taveras Guzmán, quien representó a un sector contestatario del empresario en las discusiones ante el Consejo Económica Social, advirtió que firmar el pacto “sin cambiarle una sola coma traerá consecuencias negativas”.

Gobierno y PRM también recularon frente a la promesa presidencial de reducir a la mitad el monto que se entregaría a los partidos políticos, conforme a tradición heredada de una legislación derogada, para utilizar el dinero restante en una extensión de la UASD en Santo Domingo Este.

Los traspiés del año vinieron cuando el director de Presupuesto respondió una petición de la Junta Central Electoral sobre el monto que entendía aprobado y el funcionario, con copia certificada de la Cámara de Diputados, precisó que lo refrendado fue la mitad.

Ese mismo día, Paliza, presidente del PRM y responsable administrativo poderde la Presidencia, y evidentemente por encargo de Abinader, explicó que no estaba “en el ánimo del gobierno ni contradecir ni entrar en un enfrentamiento con los demás partidos de la oposición, mucho menos con una Junta nueva que tiene, inclusive, la opinión contraria al respecto”. Hacienda corrigió que iría al presupuesto complementario, ¡uff!

La Fuerza del Pueblo había hecho una fuerte campaña en contra de la medida y acudido a recursos legales y más de una veintena de pequeños partidos habían advertido al mandatario y al PRM sobre los riesgos de agredir a potenciales aliados.

La realpolitik hizo temprana aparición, sobre todo porque días después se anunciarían proyectos y reformas que precisan de votos en el Congreso Nacional.

Y desde allí el sábado último, obras y medidas realmente trascendentes, pero énfasis en música para reconectar con ciudadanos sensitivos y alertas: revisión peaje sombra, modificación ley hidrocarburos, protección ambiental y hasta un murito.

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