Responsabilidad ciudadana

La lucha contra la corrupción y la impunidad trasciende el espectro político y sus intereses, para convertirse en una responsabilidad de toda la ciudadanía.

Desde el nacimiento de nuestra democracia, el Poder Judicial ha sido manipulado consuetudinariamente por los líderes políticos que les ha sido más fácil pasar el borrón y cuenta nueva, capitalizando lo que política y coyunturalmente les favorece para alcanzar y mantenerse en el poder. En nuestra vida republicana es un momento crucial donde a todos, sin excepción, les llegó la oportunidad de manifestarse en lo que no es una conquista de grupos, sino un sentimiento nacional. Hay que poner el oído en esa clase media estrangulada por el flagelo corruptor, que con el sacrificio de su trabajo ha tenido que solventar la gobernabilidad que todavía mantenemos. Solo se compra honradez con la profilaxis de todos los sectores que han sido cómplices encubiertos de la mala administración del erario público. Unámonos pues a todas las iniciativas tendentes a esclarecer la repartición justa de las riquezas con prudencia, civismo y alto sentir patriótico. La responsabilidad y el deber son de todos, por la supervivencia de nuestra nación.