Libertad de expresión y las redes

“Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”. Joseph Goebbels/Vladimir Lenin

El cierre de las cuentas dispues­to por las más grandes y popu­lares empresas que manejan las redes sociales mundiales –twit­ter, facebook, Instagram, entre otras- contra el presidente Donald Trump, ha abierto una discusión importante sobre la liber­tad de expresión, que trasvasa las fronteras de Estados Unidos. Desde la denominada Prima­vera Arabe -Túnez, 2010-, las influencias de las redes sociales en los comportamientos de la gente, y en especial en las convocatorias de movimientos de protesta, han provocado una atención especial de gobiernos y sociedades: al tiempo que han abierto, de manera más fluida, la información general, ha generado un serio temor por el manejo de esa herramienta, con­vertida en peligrosa en manos non santas.

¿Fue violentado el derecho del gobernante a expresarse libremente?

El que twitter, y otras plataformas, sea un servicio al que la persona se inscribe por deci­sión propia, que usa si quiere o no, con la fre­cuencia que desee, que tiene reglas que al ac­ceder al mismo acepta acatar, define que si se le saca de servicio, no necesariamente violen­ta sus derechos de expresión. Por otro lado, el que las redes se hayan convertido en uno de los principales vehículos de expresión a nivel mun­dial, puede interpretarse de que una persona vedado de su uso, lo coloca en una situación de discriminación sobre los demás.

Creo que el ejercicio de expresión no le fue prohibido a Trump pues tuvo acceso a muchos otros mecanismos para seguir diciendo lo que le venía en gana. Y así lo hizo.