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COLABORACIÓN

¿Qué hacer con los alquileres, hipotecas y deudas personales?

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José Lois MalkúnSanto Domingo

Un problema relativamente largo o relativamente corto.

Al inicio de la pandemia, mu­chos negocios que alquilan sus locales con­siguieron facilidades del due­ño para el pago de su men­sualidad.

Ahora esos dueños exigen que les paguen su mensua­lidad completa y amenazan con desalojar a los inquilinos. Son propietarios, pero tam­bién tienen compromisos y deudas que pagar.

Hay dos alternativas: o el ne­gocio cierra y el dueño del local se queda sin ingresos por un tiempo relativamen­te largo o simplemente vuel­ve a negociar un pago parcial del alquiler por un tiempo relativamente corto. Deci­mos corto porque los nego­cios que tienen locales alqui­lados pueden recuperarse en alrededor de 6 meses. Por el contrario, el dueño del local puede pasarse varios años sin encontrar un nuevo in­quilino.

Si es una residencia alquila­da, es más difícil hacer con­cesiones y la presión del pro­pietario será intensa, aunque perderá algunos meses de al­quiler.

Las hipotecas y préstamos personales (con garantía) es otro problema. Miles de fa­milia obtienen su casa o lo­cales de negocio a través de préstamos hipotecarios que ahora no pueden pagar. También adquieren bienes muebles como vehículos, ne­veras, lavadoras, etc.

Los bancos han dado facili­dades a estos deudores co­brándole por unos meses so­lo intereses muy bajos hasta tanto la situación mejore. Pe­ro esos meses se están ago­tando y cuando arranque el pago del capital, habrá mu­cha gente que podría perder su propiedad o el bien adqui­rido.

En tal caso, los bancos se lle­narían de propiedades, que les será difícil revender por un tiempo relativamente lar­go, aunque sea con precio atractivo.

¿Qué hacer? Primero, hay que recordar que el dinero de los bancos es de los de­positantes, algo sagrado. Se­gundo, que las facilidades otorgadas una vez terminen pueden extenderse a ciertos clientes que muestren clara­mente sus posibilidades de recuperarse financieramen­te en un tiempo relativamen­te corto.

Cuando el daño a la econo­mía familiar se perfila rela­tivamente largo y el presta­mos resulta impagable, no hay otra vía que deshacerse con tiempo de la propiedad u otra garantía y evitar gastos legales y desalojos.

Una opción es que usted al­quile la propiedad para pa­gar su hipoteca y se mude donde un familiar. Esto has­ta tanto su situación econó­mica mejore.

Definitivamente, las facili­dades otorgadas por el siste­ma bancario han creado un puente entre la crisis y la re­cuperación, que han evitado un colapso mayor de la eco­nomía.

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